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Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
La ignorancia y la obsesión van de la mano.Pero cuando esas dos características se juntan en alguien como la doctora Corcho, quien ejerce el cargo de ministra de Salud del gabinete Petro, el resultado está siendo nefasto.
La ministra Corcho ha ganado importancia y nombradía porque desde cuando comenzó a hablar contra las EPS y el sistema de salud colombiano, se supo que había sido ella la que convenció al presidente para que dijera la barrabasada de que el sistema de salud de este país es uno de los más malos del mundo, cuando exactamente es lo contrario. Por supuesto, eso lo puede decir un ignorante de la realidad nacional.
Pero que ese pecado de ignorancia lo tengan presidente y ministra, pone a pensar si de verdad la solución a la crisis que nos están creando debe ser muy distinta a la de remendar.
Sin embargo la situación se agrava increíblemente porque con el clima de intranquilidad empresarial creado por la amenazadera de la ministra Corcho sobre las EPS y el sistema en general, el hilo se ha reventado por la parte más delgada y los medicamentos han comenzado a escasear. Y era de lógica, pero en las consecuencias de sus actos no piensan ni el presidente ni su terca ministra.
Si los grandes compradores de medicamentos genéricos son las EPS y ellas están tambaleando, el productor de esos medicamentos merma la producción o no se los facilita con los plazos y créditos de cuando todo funcionaba bien.
No es por exagerar pero cuando en Francia en las épocas de la reina María Antonieta el pueblo gritaba que le dieran pan, la ignorante esposa del rey de Francia precipitó la revolución más grande de la historia diciendo que si no había pan que comieran galletas.
Aquí no hay medicinas que el pueblo pide. Ofrecen solo un dizque cambio, pregonado desde la cabeza del estado. Aquí escasea el acetaminofén infantil o el Vertex para la fibrosis pero abunda el tal cambio, tenemos una dizque verraca ministra Corcho y la guillotina cayendo sobre el pueblo.