Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Cuando dentro de unos años se escriba la historia de la Guerra Civil del 2023 muy probablemente tendrán que indicarse “que en febrero de ese año, por una coincidencia feroz, el presidente de la república, elegido por la izquierda, convocó a sus partidarios a salir a la calle a respaldarle el mismo día en que sus contradictores, la derecha, habían ido convocando a un paro nacional en protesta por la manera de gobernar que tenía hasta ese momento el presidente Gustavo Petro”.

El párrafo que usted acaba de oír o de leer, no es ninguna
invención novelística, está tomado de la realidad aunque sean muy pocos los colombianos, actores o espectadores del episodio, quienes se hayan dado cuenta que estamos viviendo los prolegómenos de una nueva guerra civil.

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Así han comenzado todas nuestras guerras, y que bastantes hemos tenido. Solo bastan dos posiciones irreconciliables, dos
declaraciones o convocatoria soberbias, y el resto viene por añadidura. En esta oportunidad, empero, esta guerra a la que nos vamos desgraciadamente acercando no va a ser en el escenario del campo sino en las ciudades.

Ambos bandos quieren ir con todo. Los partidarios del gobierno, izquierdistas de todas las vertientes, creen estar respaldados por una fuerza policial legal o por los saldos de la antigua primera línea. Muchos observadores afirman sin embargo que le costará mucho trabajo a la Policía salir a defenderlo y que al menos dudarán hacerlo por el mal trato recibido y el desprecio ocasionado sobre ellos en los últimos meses.

Los contradictores del gobierno y convocadores del paro, la derecha, han estado asustando desde unas semanas atrás con que hay que comprar mercado y aprovisionarse de agua y elementos vitales porque, sin decir como, el cese de actividades dizque será total.

Sin embargo como los seguidores de Petro saldrán a la calle el 14 y buscarían como aguja en el pajar a los rivales y estos dizque irán al paro desde 2 días antes, el choque parece inevitable, la anarquía reinará y la guerra habrá comenzado si antes los cabecillas de la tramoya no se sientan a dialogar, como es debido, o el ejército decide entrar como actor principal.