Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Cuando los dueños y ejecutores del establecimiento que controla al país, casi que ininterrumpidamente desde hace siglos, se dieron cuenta de los excesos en que habían incurrido el par de nietos de Rojas Pinilla,les castigaron con saña y los usaron como escarmiento.
No importaba que el país hubiese perdonado a Rojas Pinilla por haber roto el dominio del establecimiento. Con mayor razón ,sus descendientes debían servir para que nadie osará perturbar en el futuro la tranquilidad de su ejercicio y como el par de hermanos Moreno Rojas se exageraron grotescamente en el ordeño del presupuesto y el manejo de la cosa pública, los condenaron como no lo habrían hecho con los nietos de otro expresidente menos atrevido que el general Rojas.
Se dijo entonces que la alcaldía de Bogotá se había convertido en una cueva de Rolando y la mancha eterna cayó sobre ellos y sobre quienes les acompañaron en vencer gozando la tentación. Ahora con el acumulado de denuncias y sospechas que cada día crecen sobre el alcalde de Cali y las empresas públicas bajo su mando,la cueva de Rolando de los nietos de Rojas Pinilla es un remedo miserable de lo que están comprobando que ha pasado en Cali.
La avalancha de acusaciones es tan apabullante que pocos esperan algo distinto a un escarmiento del sistema como el que hicieron en Bogotá . Y lo ven así porque ante las poco inteligentes defensas de Ospina hablando de que si lo tocan estarían tocando a Petro porque él es su alfil en el Valle, solo ha encontrado el silencio sepulcral del presidente confirmando o negando esa paternidad política.
Pero desde el domingo pasado, cuando Vargas Lleras lo inundó con un resumen de lo que se ha depositado en la cueva de Rolando y el alcalde precipitadamente le respondió con un trino muy poco inteligente, se augura lo que ve venirse.
La vida es dura pero le corresponderá al Contralor Carlos Hernán Rodríguez, su coterráneo, apretar las clavijas del escarnio y no hay duda que si lo hace pasará a la historia y borrará toda sospecha que exista sobre su elección o sus posiciones políticas del pasado.