Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal

Colombia no es una República Bolivariana como Venezuela. El presidente ni es Chávez ni es Maduro. Colombia es una república constitucional donde sus autoridades deben responder por los actos que cometen o por los que sinverguenzonamente dejan de hacer.

El presidente legalmente elegido se llama Gustavo Petro, pero en Colombia como en Venezuela desde hace varios meses se viene presentando una escasez de medicamentos y una desprotección muy grave para los que se trasportan en motos.

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Por un descuido propio de quien no sabe administrar, o le da miedo enfrentar con berraquera a las multinacionales farmaceúticas, en Colombia están faltando medicamentos y desde hace varios meses es casi imposible poder adquirir el seguro obligatorio del Soat para las motos porque poco o nada le importa al gobernante que el vehículo más usado por el pueblo colombiano, la moto, se quede desprotegida de los amparos del seguro que por décadas han gozado.

Por supuesto, como Colombia no es Venezuela y aquí todavía hay libertad de expresión y los líderes políticos de la oposición no está en la cárcel, todos esperaríamos que se oyera la protesta canalizada contra ese estado de cosas. Pero como la oposición también está constituida o representa a los contratistas, se transa por cualquier migaja del presupuesto.

Obviamente ante ese estado de cosas los estadios repletos o las aglomeraciones públicas estallan con el grito repetido que el presidente se vaya, pero como esos gritos del pueblo nos los oye el mandatario, mañana 2 de diciembre todos los dueños de motos saldrían a las calles y carreteras de Colombia a interrumpir el paso, a conformar la gran protesta contra el régimen.

Por supuesto la soberbia presidencial no se inmutará porque un paro de motos no tumba un presidente, pero de allí a que esto reviente queda muy poco.