Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
El último día del año pasado murió el papa Benedicto. Se caracterizó ante los ojos del mundo católico y frente a los medios noticiosos por usar zapatillas rojas, que resaltaban con su blanquísima vestimenta y lo hicieron ver como un pontífice elegante, fino y discreto.
No lo habíamos vuelto a ver sino en unas fugaces fotografías tomadas en la habitación de la residencia de religiosas donde pasó el final de su vida desde cuando tuvo la osadía de renunciar. Pero sus zapatillas rojas, nadie las olvidaba.
Por eso cuando exhibieron su cadáver embalsamado ante las cámaras en la sala de velación dentro de la catedral de San Pedro, se pensaba inmediatamente que podría no ser el teólogo papa emérito que murió de 95 años, pues no tenía las zapatillas rojas.
La godarria vaticana, que nunca se tragó su elegancia y finura o el mismo papa reinante, el peronista argentino Francisco, lo habían vestido con zapatos negros deformándole su imagen.
Ese mismo arrebato equivocado sucedió en Colombia ése 31 de diciembre también. Un poco antes de las 12 de la noche, el presidente Petro nos informó a todos los colombianos que se había llegado a un acuerdo de cese al fuego con 5 de los grupos violentos que imponen sus reales en distintos lugares de nuestra geografía, entre ellos las disidencias de las Farc, el ELN y las AUC o del Golfo.
La noticia no pudo llenarnos más de esperanza, pero con solo unas horas del primer día del año, se nos había vuelto en una frustración tan dañina para la imagen del gobierno como lo fue para el Vaticano arrebatarle las zapatillas rojas al papa Benedicto.
Los del ELN declararon públicamente que ellos no habían llegado a ningún acuerdo de tregua, lo que en otras palabras indicaba que el gobernante nos había mentido y que se vería obligado a revocar el decreto donde ordenaba a las fuerzas armadas constitucionales a cesar la persecución y combate de esas agrupaciones violentas.
Para remendar el gigantesco daño a su imagen, Petro fue el día de Reyes a hablar con Maduro, que alberga y protege en Venezuela a los Elenos. Ojalá puedan volver a vestir como es a la paz total que tanto ilusiona.