Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal
Volvimos a repetir la historia. Volvimos a oír decretos insurgentes de paro armado .Y, sin que nadie se conmueva, a ver videos con partes de guerra donde exhiben los uniformes, chalecos y armamento arrebatado a los Policías asesinados en una emboscada.
En Santander de Quilichao repartieron profusamente ayer, día de mercado,y también por internet, un panfleto de las Farc firmado por 3 frentes guerrilleros,4 columnas móviles, una compañía y el Comando Coordinador de Occidente donde le advierten a los habitantes de El Tambo, Balboa, Argelia y sus corredores, en el sur del departamento del Cauca y a los de Suárez,Buenos Aires, Morales ,Santander, Mondomo ,Miranda y Corinto en el norte del Cauca y Villa Colombia en Jamundí, que han decretado un paro armado por 4 dias, restringido la movilidad , el comercio y las actividades culturales y religiosas hasta las 5 de la tarde.
En otras palabras que la paz de La Habana, exclusiva y excluyente como la quisieron Santos y Roy, ha quedado vuelta añicos. Y, sobre todo, que la paz total que de manera ingenua o absurda predica el gobierno Petro y su comisionado Rueda, no tiene por donde empezar.
Una vez más, entonces, se consolida la incapacidad de los colombianos para poder encontrar una paz duradera. Y ,dadas las circunstancias con las que gobierna Petro y sus esperanzas de cambio, afrontamos este resurgir de la guerra bajo las órdenes perentorias de que las fuerzas armadas constitucionales no pueden actuar contra quienes se han acogido al régimen de conversaciones. Por supuesto, es una guerra en donde ya hay 3 grandes perdedores.
En primer lugar el gobierno de Petro que se autoinhabilita para librarla. En segundo término la población civil, que percibe y comprueba que el estado no los protege y, por último ,la imagen ante el mundo del expresidente Santos que hasta el Nobel le dieron por haber firmado la paz con las mismas Farc .