En Latinoamérica la educación viene en decadencia, es verdaderamente muy mala. El estado estableciendo contenidos a estudiar, estableciendo reglas a los directivos y generando mucho rechazo en todo el ámbito educativo.
La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos. La educación es necesaria en todos los sentidos.
La educación siempre ha sido importante para el desarrollo, pero ha adquirido mayor relevancia en el mundo de hoy que vive profundas transformaciones, motivadas en parte por el vertiginoso avance de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo de los medios y las tecnologías de la información.
En las economías modernas el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.
Teniendo presente que las personas que nazcan en estos tiempos y lleguen al año 2040, se encontrarán con un mundo totalmente diferente al de ahora. Con la velocidad del cambio tecnológico actual sería absurdo mantener el mismo sistema ya que, quedaría obsoleto. Lo mejor sería pasar de una educación estandarizada a una personalizada donde se puedan desplegar habilidades como creatividad, imaginación, inteligencia emocional, arte, música, etc… , donde cada uno pueda descubrir sus propios intereses, habilidades y pasiones.
El nuevo sistema que deberíamos empezar a implementar (en varios países se está implementando y genera resultados asombrosos), lo podremos conocer como “el sistema voucher”. Este plan lo que abarca, es que, el estado no financia a los colegios/escuelas, sino que, otorga bonos a los padres de los niños y así da la posibilidad de elegir qué tipo de educación quisieran para sus hijos. Dado que los niños son muy diferentes, es tarea de los padres buscar un colegio que se adapte a los intereses, habilidades y necesidades de ellos.
En Argentina, en la última década se desplazaron cerca de 350.000 chicos de la escuela pública a la privada, y entre los motivos que señalaban los padres es por el continuo paros de los maestros y contención a los alumnos. Los padres tuvieron que abonar por el traspaso de colegio, en cambio, con el sistema propuesto, el padre utilizaría el bono educativo para que el dinero vaya a una escuela elegida, aumentando el financiamiento hacia las escuelas que atraen niños. Así, se generaría un incentivo en favor de mejorar las escuelas.
Este sistema se complementa dotando a los colegios públicos con mejores herramientas para que logren competir con las privadas. También es importante que se otorgue mayor independencia y libertad a los directores para tomar decisiones sin tener que pedir permiso a autoridades provinciales o municipales.