Clavar puntillas, amarrar alambres y cadenas a las ramas y troncos de los árboles para que sirvan de soporte a avisos publicitarios, está deteriorando severamente la salud de la flora urbana de Cali.

Por este desconocimiento, falta de compromiso con el medio ambiente o simplemente por ser la vía más rápida para promocionar ventas ambulantes, preparación de alimentos, arreglos de motos, bicicletas, remolques y similares, se está destruyendo el arbolado de la ciudad.

Desde el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, se advierte a la comunidad sobre la necesidad de ofrecer respeto, cuidado y amor a los árboles, evitando acciones agresivas o dañinas que ponen en peligro el suministro de agua y oxígeno hacia sus raíces o que pueden ocasionar que sean atacados por insectos y plagas que terminan por matarlos.

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Colocar llantas, anillos metálicos, cilindros de PVC o cualquier otro material duro intentando ‘proteger’ los arbolitos recién sembrados, termina por cortar la corteza y ahorcar al árbol, produciendo su muerte o su volcamiento por un vendaval. Tampoco se deben colocar bandas de lata o de plástico intentando apartar a las hormigas, esta práctica puede generar que se pudra la corteza por hongos e impide la penetración de la luz, indispensable para su normal desarrollo.

Los equipos operativos del Dagma han tenido que retirar de los árboles alambres de púas y cables, puntillas y tornillos que sostienen cámaras, lámparas, espejos retrovisores e instalaciones eléctricas. Se invita a evitar daños en los árboles, que son un bien público, pues al igual que las plantas ornamentales y las zonas verdes, mejoran el microclima en los barrios, contribuyen a contrarrestar las consecuencias del cambio climático y aportan positivamente a la estética de la ciudad.

Algunos ciudadanos podan o talan árboles o arbustos sin ningún conocimiento técnico con la justificación de ‘haberlos sembrado o cuidado. Sin embargo, es bueno precisar que  aunque un árbol sea sembrado por un ciudadano, tanto en el espacio público como privado, este patrimonio ambiental no puede ser intervenido (podado o erradicado) sin una evaluación y permiso de la autoridad ambiental, que tiene el personal técnico autorizado y capacitado para diagnosticar y decidir la acción más conveniente.

Cualquier intervención debe ser aprobada por el Dagma. Las podas las ejecutan únicamente las empresas operadoras de aseo y las talas por el operador delegado por la autoridad ambiental.