Aceneth Ortiz y Douglas Guerrero, es una pareja de bailarines que desde niños aprendieron a moverse a ritmo de salsa, no en una escuela de baile tradicional, sino mirando los pasos que daban sus padres ganándose la admiración de su público.
Así emprendieron camino en su carrera como bailarines, donde apasionados por estos sonidos que hacen vibrar su alma fueron paso a paso escalando hasta marcar la historia coronándose como campeones mundiales en el Salsa Open Panamá 2018.
Este ritmo que ha marcado su vida, ha dado un importante giro continuando con su tradición salsera a través del emprendimiento ‘Diseños Aceneth Botón Amarillo’, formando parte de los expositores que dieron a conocer su talento en el encuentro organizado por la Alcaldía de Cali ‘Actores de la Salsa’, donde no perdieron la oportunidad para deleitar con la elegancia de su baile.
“Para nosotros la salsa significa la cultura, yo creo que nosotros fuimos vacunados con un toque de salsa y sabor; al ser mayores de 50 años y haber ganado un ‘Salsa Open’, fue una oportunidad para haberle aportado también a las escuelas de baile un granito de arena para que también ellos vayan saliendo adelante y escalando, porque no importa la edad para uno ser campeón mundial” comentó, Douglas Guerrero.
Como esta pareja, Leonor Moreno de Angulo también forma parte de la vieja guardia de salsa caleña, sonriendo al recordar que desde los tres años su hermana le enseñó a bailar, a admirar y respetar este legado que a partir de los siete años la llevó a presentarse en tarima, perdiendo el miedo y transmitiendo su conocimiento a Jhon Humberto Angulo, su hijo y pareja de baile hace más cuarenta años.
“Cuando él cumplió los quince, en ese momento empecé con él a bailar, y nos prometimos que hasta que muriera seríamos pareja, llevamos cuarenta años, yo ahorita tengo 75 y el tiene 55; cuando fue cogiéndome el paso y me dijo que bailaba mejor que la maestra empezamos a bailar en la vieja guardia, entonces ha sido espectacular, somos felices.”, expresó Leonor.
Estas dos parejas no solo coinciden en que la salsa es una pasión, sino que es un ritmo que trasciende fronteras, un sello cultural marcado por la guaracha, el guaguancó y el boogaloo que pone a Cali en la mira del mundo, reconociendo que es fundamental continuar sembrando este legado cultural en las nuevas generaciones.