Miedo yo ?

¡Oh!, pero si estás aquí. Pensé que te habías ido para siempre. Te vencí, ¿acaso no lo recuerdas?
-Que confundida estás, los humanos no podríais vivir sin mi
-Te vencí cuando me enfrenté a ti y no entiendo por qué has vuelto
—Es simple, te has enfrentado a miedos internos, a tus miedos, y te felicito, no estaba seguro de que pudieses conseguirlo
—Entonces, no comprendo que haces aquí, ¿a qué has venido?
—He vuelto para explicarte algo que todavía no has interiorizado, ni tú, ni gran parte de la humanidad
—¡Cuéntame, sorpréndeme!, soy todo oídos
—Esa ironía tuya, no te ayudará
—Discúlpame si te parezco irónica, pero es que no tengo tiempo para ti
—Los humanos no podéis vivir sin mi
—Ya me lo has dicho antes, avanza por favor
—Os ayudo a ser cautos y audaces, si no tuvierais miedo, no podríais vivir. Además, soy como un mecanismo de defensa, os ayudo y os protejo
—Pues vaya protección tenernos muertos de miedo
—El miedo imaginario, cuando se instaura en la mente, debéis aprender a gestionarlo, si no lo gestionáis, vuestra vida será mía y solo mía. Sentiréis angustia, depresión, ansiedad… Otra cosa es el miedo real, ese que os puede acompañar en momentos o situaciones concretas, ese miedo os hace estar alerta y es necesario para vivir, aunque también os provocará emociones angustiosas
—¿Quieres decir, que existen varios tipos de miedo?
—Existen muchos tipos de miedo, pero yo te lo resumiré en dos: miedo interno y miedo externo. El interno se debe a una baja autoestima principalmente. Si gestionáis bien vuestras creencias limitantes, tal y como tu hiciste, lo podréis superar. Mientras que el miedo externo viene motivado por situaciones, hechos o acontecimientos repentinos. Fuentes externas, que en ocasiones se convierten en fobias.
—Entonces ¿Yo lo hice bien?
—Sí, lo hiciste muy bien. Pero no te acomodes, porque siempre tendrás que lidiar conmigo
—Ja, ja, ja, me río. Te superé, te vencí y ya no tienes cabida dentro de mí
—Parece que no quieres atender lo que te intento transmitir
—Sí, sí, por supuesto que quiero atenderte, solo, que me costó mucho esfuerzo dominarte. Verte hoy aquí de nuevo me desconcierta
—Los humanos debe saber que el miedo os ayuda a sobrevivir, pero debéis comprender que, para vencer vuestros miedos internos, debéis ser consecuentes con vosotros mismos. Tenéis miedo a la soledad, a fracasar, e incluso a la muerte.
—Bueno, es cierto, pero yo trabajo en mi, a diario y eso me ayuda a dominarte
—No se trata de dominarme, se trata de dominar vuestra mente y no dejar que yo me acomode en ella
—Entonces ¿has venido a darme un mensaje? Pensé que no sentías empatía con nosotros los humanos
—Solo intento acercarte a la realidad, para que tu puedas transmitir, a través de tus palabras, este mensaje y otros que irás recibiendo
—Es un trabajo interno, como bien dices, un trabajo diario. Pues gracias querido miedo, fíjate que ahora me caes mejor. Y sí, me comprometo a transmitir el mensaje
—No bajes la guardia… Siempre estaré cerca

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