Será coincidencia o no, pero en Chile los primeros que presionaron al nuevo gobierno de izquierda fue el movimiento indígena obligando a declarar un estado de emergencia ante los reclamos de tierra. En Colombia por la misma causa a pocos días de entrar el primer gobierno de izquierda el movimiento indígena ha comenzado la ocupación de tierras en el Cauca en la zona cañera con un incremento de tensiones. ¿Una despedida al gobierno saliente o un recibimiento al que llega? Creo que es una despedida.

En cualquier caso, el presidente electo ha trinado ayer 24 de julio: “Toda solución al conflicto por las tierras debe pasar antes que nada por el dialogo. Invito al movimiento indígena, a asocaña y a los movimientos sociales del norte del Cauca a iniciar el primer dialogo regional de Colombia por la Paz”

Pero lo más fue una respuesta casi inmediata de asocaña, un gremio tradicionalmente conservador que no utiliza Twitter para temas políticos cuando dijo: “Presidente electo @petrogustavo, en #Asocaña estamos listos para iniciar el diálogo regional de Colombia por la paz. El norte del Cauca es una región potencia para el país, en la cual queremos seguir trabajando unidos por su productividad, progreso y desarrollo económico y social”

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Este cruce de trinos entre el nuevo gobierno y el gremio cañero es una postura de comprensión e interés común por avanzar a una Colombia de paz y no como hasta ahora de reclamo a posturas de choque, confrontación ante reclamos sociales.

Asocaña está marcando la diferencia como sector agroindustrial ante la nueva realidad nacional y toma distancia de cualquier reclamo o postura de fuerza ante los indígenas. Hay una comprensión de un nuevo pacto social en quienes han sido tradicionalmente muy retardatarios. Para mi es un aviso a los otros gremios y sectores empresariales que permitirá un gana-gana de cada parte.

El trino marca varias líneas: en lo gremial encontrar en el diálogo la salida a los conflictos entre las partes. En política interior no utilizar la violencia como respuesta inmediata a conflictos como este que tiene una larga historia. En la doctrina de seguridad es un alto a la tradicional respuesta represiva de Fuerzas Armadas y de orden público.

La voz de Petro aun sin ser presidente es una petición a todos incluyendo al gobierno saliente de hacer un alto y establecer diálogos para solucionar este y otros `problemas como la minería, los cultivos ilícitos, la deforestación y las relaciones en las cadenas productivas del agro colombiano más marcadas por relaciones feudales entre empresarios y trabajadores del campo.

Si se entiende y hay respeto en los diálogos el capitalismo se fortalecerá con ganancias para todos. Colombia no puede seguir atada a su pasado colonial y debe transitar a una economía capitalista con retribución equitativa de la riqueza.