Ese anuncio del alto al fuego multilateral me recuerda las estrategias de Hollywood con cada estreno, una campaña de expectativas que al final no lo alegrar a nadie o es una carrera por otro premio nobel para la egoteca de algún político.
Un alto al fuego multilateral sin duda bajará las mínimas cifras de muertos o heridos en acciones militares desde y entre los distintos actores armados.
¡Eso es maravilloso!, pero ¿es esa “la paz total”? No, sin duda no. La paz debe dejar de ser un buen copy publicitario, debe ser una realidad posible, superando la conformista, pero a la vez pragmática tesis de “la paz imperfecta” que tantas veces justificó la paz lograda en los acuerdos de La Habana o de Colón, como quiera llamarse.
Todo acuerdo de paz es un gana-gana entre las partes ya que no es una rendición incondicional. Es lo políticamente correcto que significará crudamente una impunidad maquillada, como la hemos visto. Las victimas serán víctimas, muertos, mutilados, desplazados y miedos estarán para toda la vida.
Frente a eso, una restauración rogada de reconocimiento de la verdad y la compensación de los victimarios será un relato para los académicos, psicoanalistas y los políticos de cada acuerdo. La guerra, la muerte y todo lo que lleva sufre una reconstrucción para aparentemente mostrar que no tiene cicatriz o que es bella. Esa es la verdad.
Sigo diciendo que las conversaciones con el ELN son un sinsentido, toda vez las razones de su “lucha revolucionaria” hoy día no tiene asidero con las políticas del actual gobierno; simplemente auto disuélvanse con lo hizo ETA en España e incorpórense a la vida democrática reconociendo los horrores y culpas. The End.
Ahora bien, la otra cara, si es que existiera solo otra cara, los narcotraficantes, que no han sido nunca derrotados deben acogerse a la justicia con grandes beneficios jurídicos para los capos, pero no así para los simples, a cambio de rutas del narcotráfico y dejar desempleados a sus “soldados, empleados y sicarios”.
Todo es tan simple como tan vago, ¿creen que no volverá a pasar lo de las disidencias y que un negocio tan lucrativo no llevará a no pocos “emprendedores” del narcotráfico o narcoguerrilla? ¿Cuál será la doctrina de seguridad humana? En verdad todos son twitter de Iván Cepeda, Petro y ministro de Defensa, pero como siempre fragmentado y con un alto nivel de incertidumbre.
La paz total debe dar garantías al campo colombiano que aporta la mano de obra donde están los territorios de control y producción de los narcos (políticamente incluidos o no incluidos).
En palabras y papel todo es posible pero la política es concreta. Para que sea real y posible lo que se dice y no quede como una de mil noches de aquel libro del mismo nombre, debe haber una entrada de choque que es irreal a corto plazo a menos que los fondos provengan de las ganancias de la narco economía, lo que sería un lavado y una reconversión económica con la legalización del cultivo de coca y cannabis, pero también de una regularización del consumo.
¿Estamos en la carrera por otro premio nobel y la egoteca de algún político o en donde estamos?