Cada equipo de campaña hace su lobby con los medios, pero en el caso de Petro, todos los otros candidatos le hacen la campaña a él, lo visibilizan y por negación, por rechazo a los medios y a la clase política tradicional, logran que la opinión pública mire a ese candidato.
Los medios colombianos defienden la libertad de expresión, pero de su expresión. No defienden la libertad de pensamiento: quién piense diferente es peligroso, subversivo, inadaptado y fuera de lugar. Y como lo antisistema está de moda, también le hacemos propaganda a Petro llamando la atención contra él..
Los medios de comunicación dejaron de ser «intermediarios» o la cancha de lo común de la democracia como dice Omar Rincón, para pasar a jugar al poder. Están equivocados, miran el mundo desde el pasado sin darse cuenta que hoy la ciudadanía construye desde otros espacios no siempre santos su opinión. Cada día usted y yo queremos tener el derecho a equivocarnos porque hace rato los que decían las “verdades” perdieron su virginidad..
Los medios hacen un mercadeo político para sus intereses de cada candidato y no para la ciudadanía. Poco informan o analizan problemas y propuestas. Los medios, hablan muchas veces solos porque las audiencias están fuera de sus circuitos. Están por canales alternativos que no quiere decir de izquierda o “revolucionarios” si no, en medios emergentes en formatos – youtube, streaming, podcast, instagram e incluso tik Tok-, y con un lenguaje directo y cotidiano. Tal vez grotesco, pero así es la realidad de lo político en el país.
Lo curioso es que mientras la globalización de los grandes medios ha crecido, también han crecido los medios y canales de información plurales que están por fuera de las órbitas de las ideologías. El ciudadano político de hoy es menos militante y más real. Es sincero, directo y claro en sus intereses. El ciudadano de hoy no cree en los partidos, cree y quiere mejorar su vida sin ver los esquemas de la Guerra Fría. Seamos claros que el liberalismo domina. Frente a los grandes Medios hay otros más cercanos a las audiencias.
El hecho de la ausencia en los debates del candidato de punta, ha roto el guión de lo que se esperaba el mejor reality show del año 2022. El escenario es un debate contra el ausente, es una lucha contra un fantasma o la sombra de Peter Pan. Ante la ausencia de propuestas o de más de lo mismo, los candidatos ya casi lloran. Las audiencias poco educadas no entienden extrañan la campaña del silencio del candidato ausente y se molestan con los fantoches de la política de piedra.
Cierto, podrá pasar lo de siempre, pero nada será como antes. No lo será sea cual sea el último capítulo de la campaña del silencio.