No soy de derecha, mucho menos de ultraderecha. No soy de izquierda, menos de ultraizquierda. No soy del centro político colombiano pues me daría vergüenza, pero soy de pensamiento de centro, un socialdemócrata.
Conozco de primera mano y no por manuales y libros el mundo real, lo mejor y lo peor, del capitalismo con 26 años en él y el socialismo en los que viví 39. Como escribiera Publio Terencio y repitiera Unamuno “nada humano me es ajeno». Por ello, al mirar las ofertas del mercado político colombiano creo que lo barato cuesta caro y eso es lo tenemos, dos ofertas demasiado buenas para los sectores más sensibles jóvenes, desempleados, campesinos y pensionados.
Hernández y Petro son nuestros falsos mesías con las promesas de multiplicar panes y peces, algo bastante aburrido por cierto como dieta por mucho tiempo. Son dos populistas deseos de poder y llenos de caprichos los del ingeniero atiborrados de realismo mágico y los del político (¿esa es su profesión no?), de desde una densa racionalidad. En verdad, poco importa lo que digan, lo que ustedes o yo nos creamos de sus promesas, porque no olvidemos son eso, promesas y no hechos cumplidos.
La realidad de esos post políticos, una especie en plena evolución, donde no importa la verdad de ellos, de sus modos de hacer, de su condición humana sino las emociones que provocan en los diferentes públicos y audiencias. Hoy el ciudadano-votante es, ante todo, y muestra es usted, es un cibernauta de redes sociales esencialmente y no de otra cosa. Su pensar político es ante todo individual y su “militancia” la ejerce desde y en las redes. Es más, los propios candidatos han desaparecido de las plazas para estar están en la nube (la nube de datos y no de agua). Mucho más, cada vez que entramos a cualquier sitio de internet aparecen las publicidades invasivas de uno y otro candidato afectando nuestra privacidad y deseos de hacer algo, de ver, escuchar, otra cosa, pero ellos atrevidamente afectan esa privacidad que reclaman, pero no respetan.
Ambos candidatos no cuentan al menos hoy con alianzas en el Congreso para tener mayoría que les facilite una gestión de gobierno y eso sería la tercera vuelta de la campaña política. De capacidad de acuerdos, concesiones y consensos dependerá si la débil pero orgullosamente más vieja democracia suramericana es viable o no. Claro el presidente podría hacer lo que hizo Pastrana en su gobierno, muchos decretos, muchos, y más decretos, algo que igual han hecho en sus gobiernos Obama, Trump, Thatcher y Mitterrand o Pinochet, Videla y Ortega. Es una forma de ejercer el poder.
Cualquiera que gane de ellos yo tengo dudas presentes y futuras de su eticidad por causas pendientes ante la justicia nacional o internacional, por la forma de hacer política en ambos casos.
Así las cosas, estos post políticos tienen sobre sí una realidad global que eluden mencionar. Ellos se han encerrado en Colombia sin ver que no existimos a TPN (Temperatura y Presión Normal), estamos en un mundo bajo una fuerte inflación mundial que a saber sólo cesará hacia 2024 por realidades económicas, la post pandemia y la guerra de Ucrania. Hay una falacia, una perversa falacia en los mesías de la política colombiana que ellos no pueden manejar y que la culpa no está en el carro-gobierno de hoy/ayer.
¿Y qué hacer?
Usted es libre de votar, pero créame que no vote en blanco. Asuma el riesgo. Yo creo que los próximos cuatro años son perdidos y si fuera candidato, me retiro porque será de fracasos y crisis. Por otra parte, si viéramos la política como un filme yo ya vi esta película en estreno, en colores, en full HD, en 4K, sonido estéreo y 3D. No me hagan contarle.