La más grande muestra de la soberbia humana, ante su real situación de tener una vida que llega con fecha de caducidad, ha sido, sin duda, el invento de diferentes dioses, a través de la historia.
Recordemos que, en principio, los humanos, para explicar lo inexplicable, nos inventamos dioses para todo; dios para la luna, el sol, el trueno, la lluvia, para el erotismo, para la fecundidad, para la muerte, para la vida, el maravilloso dios Baco, etc., etc.
Los llamados dioses paganos, que existieron relativamente hasta hace poco tiempo, teniendo en cuenta la fecha de 30.000 años atrás, en que se reconoce el primer homo sapiens.
El monoteísmo, invento de Zoroastro y adoptado por los judíos solo hace 5000 años, fue aceptado por el cristianismo posteriormente. Los dioses se volvieron paganos a partir de que la cristiandad y sus hermanos musulmanes se fueron extendiendo.
La era de la virtualidad, que está comenzando, caracterizada por la comprensión científica de muchos fenómenos que antes eran explicados solo con teorías sobrenaturales, ha traído en muchas sociedades volver a dioses paganos.
El gran dios pagano, origen de los nuevos dioses, es sin duda el super poderoso y temible dios dinero; de él proviene el dios de la fama y del éxito; el dios de la moda; el dios de la popularidad y del exhibicionismo; el dios de la ostentación, etc.
Mientras el Dios tradicional pierde seguidores, como sucedió con los judíos cuando fueron conquistados por los babilonios, en esta época los nuevos dioses humanizados se apoderan de las sociedades.
Esta semana murió un típico dios pagano, el gran futbolista Maradona; significó el triunfo como deportista excepcional y el de todos los vicios modernos; por eso, es idolatrado en muchas partes del globo; pronto se extenderán las iglesias Maradonianas y tendremos sacerdotes oficiando ritos en su honor, donde subirá a los altares la coca, los alucinógenos y demás vicios.
Esta es la nueva realidad; requiere un análisis profundo, alejado de los extremismos; por esto no se acabará el mundo, como no se acabó con los dioses sumerios, caldeos, griegos y romanos; pero, sin temor a equivocarme, sí habrá un gran cambio en nuestras creencias y en nuestras religiones.
¡Vivir para ver!
Ñapa: Después de escribir este susurro, tuve una pesadilla al soñar que había desencarnado Trump y, también lo venerarán como dios; lo más impresionante eran las sacerdotisas criollas de esa nueva secta, donde alcancé a ver a la Dra. Cabal y, camuflado de travesti vi a Pachito Santos.
¡No volví a pegar el ojo!