No me gusta presumir de Economista porque simplemente soy un aficionado a la Macro Economía, afición que me llevó a obtener un diploma Honoris Causa en Economía de la Universidad de La Salle, que ostento con humildad y gratitud.
Advertido eso, me atrevo a hacer algunos comentarios de lo que preveo será nuestra Economía en este año.
Comienzo con unas cifras indiscutibles: el desempleo de 2 cifras; inflación cercana al 6.5%; devaluación desbocada; con Chile somos la moneda más devaluada del mundo; crecimiento del PIB de 2.3%, en relación con el 2019 (antes del bajonazo del -7% del 2020).
Siendo la Economía una ciencia exacta matemáticamente, eso nos dice que tenemos una situación delicada, por no decir de pronóstico reservado y, por tanto, se prevé un año crítico en esta materia.
Tuve un profesor de Economía Colombiana, el tan calumniado Dr. Jaime Michelsen , quien me enseñó que el problema de la macro economía no era la parte de matemáticas, sino su gran componente de Sicología colectiva, sociología, que llaman.
Sabiendo esto, pienso que lo que se viene este año es: Un incremento de la inflación que puede llegar a 2 cifras, debido al costo de los alimentos importados en su mayoría, lo mismo que los insumos agropecuarios; un crecimiento del desempleo formal por el incremento sustancial de los costos de mano de obra y un achicamiento importante de la brecha de los salarios mínimos y el de los trabajadores técnicos y profesionales; en algunos casos, ganará más un obrero que un técnico profesional.
Los años electorales siempre crean sosobra en las bolsas e inversionistas directos. Este año, por el pánico que genera Petro, ganador según las encuestas, ya estamos viendo un miedo en las inversiones y una tendencia desmedida a comprar dólares y sacarlos del país. No soy mago, pero, es muy fácil predecir que las empresas declararán grandes dividendos a sus accionistas nacionales y extranjeros para sacarlos del País, antes de las elecciones de Junio.
Si bien los exportadores recibirán más pesos por sus productos, los costos de producción se aumentarán mayúsculamente, por el valor de los insumos importados, de los créditos y el aumento del costo de mano de obra. Esto se sentirá de manera fuerte en la agricultura.
La economía se soportará en los servicios y la vivienda que, si bien aumentarán de precio, ese puede ser absorbido por los subsidios. El turismo interno debería ser el gran salvador, aunque por la violencia y pandemia puede ahuyentarse.
Del petróleo y los minerales, base en gran parte de nuestras finanzas, no se puede predecir nada. Solo sabemos que, si gana Petro, no habrá más explotación de esos productos y estaremos importando petróleo en 2 años.
Las manufacturas de algodón y fibras sintéticas, se verán altamente afectadas por el valor de los insumos importados. Es bueno recordar que, en Colombia, hace años no se cultiva algodón que abastezca la industria Nacional.
Como pueden ver, este panorama es bien complejo y requiere de unas decisiones políticas acertadas para no caer en el despeñadero económico tipo Argentina.
¿De quien depende? De nosotros; de nuestra decidida participación haciendo política didáctica, todos los días; explicando lo que le sucederá al País si erramos en acoger a nuestros gobernantes. No es con quejas y reenviando chats, es saliendo a explicar lo que se viene si nos equivocamos.
Ñapa: Me encanta el humor político, cuando es inteligente y no burdo. Por eso reproduzco éste:
«Fiscal Barbosa: ¿Quién es más perfecto?
Duque: Sin duda tú
Babosa: No, tu
Duque: Tú, tú, por eso nos kiremos»