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En mi susurro anterior mencioné unas palabras que ya casi no se usan. Me recordó un lector que omití a Buziraco, nombre que se le da al diablo en Cali y sus alrededores.
Efectivamente Satanás tenía ese alias y su leyenda comienza desde el Siglo XVIII. Se decía que el mismo Lucifer vivía en los cerros circundantes de Cali y andaba haciendo maldades, portando un gran sombrero negro.
Todo lo malo que pasaba en el pequeño villorrio se le achacaba al tal Buziraco; las enfermedades, los robos, los temblores, las lluvias, los veranos, etc.; una especie de Juan Manuel Santos, culpable de todo.
Los frailes Franciscanos Juan y Vicente Cuesta, haciendo honor a su apellido, llevaron a cuestas, tres cruces hechas en guadua y las plantaron en la cima del cerro, hoy conocido como el de Las Tres Cruces.
Esa implantada de las cruces se hizo el 3 de mayo de 1834 y, de esa forma, se cercó a Mefistófeles en esa montaña. De ahí la tradición de visitar el cerro en esa fecha que es el día de la Santa Cruz.
No resultó tan efectivo el cercamiento de Buziraco y, es así que, todavía ronda por la ciudad haciendo maldades. Dicen que se ha instalado en el edificio de la Alcaldía, siendo la torre de las empresas municipales, Emcali, su cueva preferida.
Mi buziracofílica de cabecera me dice que también toma, a veces, cuerpo de mujer y ha llegado hasta ministerios, por lo aficionado que es a viajar al exterior. Me recomienda que mire bien algunos y algunas funcionarias para descubrir quién es la personificación de ese condenado diablo o diabla, para no discriminar al sexo opuesto.
Lo grave es que Buziraco se ha reproducido y tiene Buziraquitos, que parecen son peores que el mismo diablo; algunos hasta son secretarios de despacho.
Espero entiendan que es una leyenda y que no crean en diablos distintos a los rojos del América, que son diablos buenos; pero, que los hay, los hay.
Ñapa: Haciendo un gran esfuerzo, debo decir que sí hay algunos personajes parecidos al que sabemos. Santos tiene su aire y de las actuales ministras hay varias buziraquitas.
Ñapita: A los y las buziracas no les da corona virus. Se enriquecen con el virus
¡Que nos cojan confesados!
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