Me vine a donde mi gurú político de Palmaseca, Sinforoso Popó Carabalí, lo encontré pletórico y de buen humor; sobre la mesa observé de reojo que tenía la Constitución de 1991 y, de una, le hice la pregunta: ¿Qué opinas del embrollo de la Constituyente de Petro?
«Mire, vea, mi dotor, están haciendo un bollicuscús para distraer al país en cosas que no deberían generar polémica. Todo se resume así, Petro puede convocar una Constituyente por decreto o debe ceñirse al procedimiento de la Constitución que se hizo con el M19 en el 91».
«Como siempre los colombianos peleando por las formas y no por el fondo del asunto; en este caso concreto es que Petro insinúa que puede convocarla por decreto en lugar de buscar una ley del Congreso. Eso es lo menos importante, lo trascendental es la convocatoria a unas elecciones que elijan unos constituyentes para que, en un tiempo limitado hagan otra Constitución».
«¿Por qué algunas personas le tienen miedo a eso? ¿Creen que el pueblo colombiano va a votar masivamente por los Constituyentes de Petro; es decir que le tienen miedo a la democracia?»
«Si es así, apague y vámonos; yo no creo que Petro, ni nadie, tenga cómo elegir la mayoría de constituyentes; más aún, me duele decirlo, pienso que esa Constituyente estaría conformada por más miembros de la derecha y va a pasar lo que le pasó a Boric en Chile».
«El primero que sabe que eso es así es el presidente. Yo estoy seguro de que se trata de mantener activos a sus seguidores y así justificar la razón por la cual ha hecho un gobierno tan contradictorio; Petro tiene de todo menos de pendejo. Él sabe que, yéndole bien elegiría la tercera parte de una Constituyente y no va a cometer ese error meses antes de las próximas elecciones presidenciales».
«Afortunadamente nuestro presidente es una persona con suerte y se ha encontrado con una oposición bobalicona y pasional. Si yo fuera oposición le habría cogido la caña y le hubiese dicho que ¡listo!, que vamos a una Constituyente y, desde ya comenzaría la búsqueda de un buen candidato presidencial. El único que entendió eso fue «coscorrón» Vargas Lleras y le cayeron encima. Nunca había visto una oposición más cretina que la actual; se dejan manejar la agenda, por parte de Petro y, en eso, ha sido un triunfador.»
¿Mira Sinfo, entonces a vos no te importa que se viole lo que dice la Constitución del 91 sobre los procedimientos para cambiarla?
«No se me haga el zoquete, mi querido dotor, usted sabe que ese procedimiento hace muy engorroso el tema. Las reformas constitucionales siempre se han hecho «violando» los procedimientos de las constituciones vigentes. Lo importante es que haya un procedimiento democrático para elegir los Constituyentes».
No puedo dejar de preguntarte: ¿Por qué decís que el gobierno de Petro es contradictorio? «Se había demorado vusté con su sablazo, para joderme; pues es contradictorio, por haberse enredado en las mismas cosas que causaron la caída de la derecha:
La corrupción, el nepotismo, el contratismo para comprar congresistas y seguir haciéndole caso a lo que ordena el Fondo Monetario Internacional; eso es imperdonable, para nosotros los de izquierda democrática, y, sin duda, nos ha hecho mucho daño; y, ¡cambie esa cara de felicidad que tiene al oírme decir esto!».
Cada vez que oigo a Sinfo, quedo pensando y aunque no comparta algunos de sus postulados debo reconocerle un sabio pragmatismo.
Ñapa: Se bajó el recaudo de impuestos, la razón es sencilla: Las empresas no dieron utilidades y por eso se cayó la renta; no hubo impuesto sobre la renta. ¿Dudan que la economía está en recesión?
Ñapita: Muy sensato el ministro de Hacienda cuando anuncia recorte del gasto público. Ojalá sea cierto en todas las dependencias del gobierno; no simplemente en la Procuraduría, la Contraloría, la rama judicial y la fuerza pública.