In memoriam
Se nos siguen yendo los amigos; Luis Eduardo García Giraldo nos ha dejado, fuimos amigos desde cuando estábamos en primaria en el Colegio; terminamos siendo vecinos en los últimos años y disfrutando de nuestras anécdotas de juventud.
Luis Eduardo era un conversador nato, un trabajador incansable y un hombre de una fuerza de voluntad excepcional.
Estando más joven fue diagnosticado con enfermedades complicadas y cambió radicalmente sus hábitos de vida, nunca se quejó por eso; lo contrario, siguió yendo a las reuniones de amigos; le fascinaba cocinar, invitaba a los mejores vinos y licores, aunque él no se tomaba ni una gota.
Tenía el don de hacer negocios exitosos; los trabajaba con ahínco; gozaba en eso.
Su alegría era su familia; sus reuniones en casa con sus hijos; anfitrión divertido y generoso.
Nuestra amistad se incrementó cuando se casó con Ana Milena, amiga muy cercana a la familia de mi esposa, quien fue su compañera de vida. Solidaria en todo momento; su soporte hasta el final.
En los últimos años padeció una cruel enfermedad que enfrentó con un estoicismo espartano y nos dejó un ejemplo insuperable de cómo afrontar estas pruebas de vida. Nunca dejó de trabajar y de estar pendiente de todo su entorno.
Hizo un clan solidario con su esposa, hijos y familiares cercanos, para llevar con alegría y fe en Dios su padecimiento.
Para Ana Milena, sus hijos Juan Carlos, Luis Bernardo, Tatiana y nietos, nuestra solidaridad en estos dolorosos momentos. Igualmente, para su hermano Juan Manuel y demás familia.
Manuel Francisco Becerra B.