KICO BECERRA

Parece que el país colombiano y sus autoridades no se han dado cuenta de un grave delito que se está apoderando de todo el territorio; nadie habla abiertamente de ese gravísimo cáncer social: La extorsión que deben pagar quienes ejercen alguna actividad.

Se sabe que, en el Pacífico Colombiano, los tenderos, los transportadores, las agencias de correo y los almacenes deben pagar para que los dejen ejercer sus funciones; lo mismo pasa en Barranquilla y en otras ciudades del Caribe.

En Bogotá, se hacen estas extorsiones a los dueños de las tiendas de algunos barrios y a los de las tiendas de los centros de comercio, como San Victorino, Corabastos y san andresitos.

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En Cali, a todos los tenderos de barrios populares, como Siloé y Terrón Colorado y, a los de la Galería de Santa Elena y demás mercados, se les exige dinero para poder trabajar; quien no paga, se muere o le incendian el sitio de trabajo.

Esto sucede en el 90% del territorio nacional; es otro impuesto al cual está sometida la población. Este impuesto lo pagan los formales e informales; en muchos casos, la razón por la cual algunas actividades no se pueden formalizar es por la incapacidad de pagarle a la DIAN y a los extorsionistas.

Más grave aún, es el miedo a denunciar, por temor a que las autoridades protejan, de manera directa o indirecta a estos bandidos.

Esas mafias están casi blindadas; nadie habla de ellas, nadie las enfrenta. No atacan a las grandes empresas que, tienen como defenderse; atacan a los tenderos, pequeños talleres y almacenes; los periodistas locales deben callar por miedo.

Creo no equivocarme al afirmar que, una parte sustancial de los asesinatos que se cometen, vienen dirigidos por los llamados «gota a gota» y por las bandas de extorsionistas.

Todo el mundo sabe y las autoridades también que, desde las cárceles provienen muchas extorsiones; lo increíble es que, no se haya podido controlar eso, con tanta tecnología que existe para bloquear comunicaciones en zonas específicas.

Un país extorsionado por las mafias, por los altos valores de los impuestos directos e indirectos, los seguros obligatorios, las certificaciones anuales de vehículos, de salubridad, de bomberos, etc., etc., no podrá jamás ser desarrollado.

Ñapa: Burda extorsión de Petro a Bogotá: O entierra el Metro o no hay plata para continuarlo. ¡Qué horror!