Esta semana de manifestantes y contra manifestantes, quedó demostrado que, lo que nos hace falta es tener conciliadores, para llegar a acuerdos sobre los temas que nos dividen.
Desafortunadamente, el talante del gobierno Petro se basa en la conocida frase: «Divide y vencerás» y, parte de la fanática oposición, extrema derechista, no ha entendido que, gracias a ellos llegó Petro al poder.
El primer paso es, fortalecer conciliadores, no extremistas, para llegar a acuerdos sobre temas fundamentales, como decía A. Gómez; por ejemplo, todos estamos de acuerdo en que, hay que mejorar el servicio de salud en las zonas marginadas; para ello, no hay que destrozar todo lo que está funcionando bien; debemos ponernos de acuerdo en cómo se concilian esas dos posiciones.
Decir que, todo está mal y que hay que desbaratarlo, para hacer uno nuevo, es igual de torpe que decir que, todo está bien y nada se debe cambiar.
La polarización, entre petristas y uribistas, en nada contribuye a la solución del problema; más aún, lo agrava porque es lo que busca el afán totalitario del gobierno: Reinar en la polarización.
El chavismo se ha mantenido en Venezuela por los egos de la oposición y, es el incentivo que el gobierno da para que se mantengan divididos; eso está pasando ahora en Colombia; la oposición se hace con interés egocentrista, no patriótico.
Fajardo por un lado, los uribistas por otro, Germán Vargas por otro y, en fin, a pesar de la división manifiesta del Pacto Histórico, es más grande la desunión en los opositores.
¿Será imposible, desde ya, una unidad de quienes están en desacuerdo con las políticas totalitarias de Petro?
Creo que es el momento de liderazgos conciliadores, altamente pragmáticos y no de líderes radicales; soñar no cuesta nada.
Ñapa: Brillante idea de nuestro presidente, dar a las Juntas de Acción Comunal la instalación de la fibra óptica y demás métodos de colocar Internet en las comunidades; igual que la del ferrocarril elevado de Buenaventura a Barranquilla, pasando por Santiago de Chile.
Ñapita: Me declaro fanático del movimiento de masas de Doña Verónica.