La Corte Constitucional estudia nueva ley electoral, mientras esperamos la explicación del Canciller Leyva, sobre la razón de dejar un mes más de embajador en Venezuela, a un «drogadicto que no se le puede creer nada de lo que dice», a pesar de haber aceptado su renuncia, por el escándalo del Benedettigate o el proceso 15 mil, como lo llaman algunos.
El nuevo Código electoral es un verdadero monstruo que, mostrará sus afilados dientes destructores en octubre de este año, cuando se harán las siguientes elecciones, si llegare a pasar el estudio de constitucionalidad.
El cuestionado Registrador Vega tendrá en su poder la posibilidad de nombrar a dedo, sin concurso de ninguna naturaleza, a más de 300 personas, para que influyan y controlen las elecciones e implementar el uso del voto electrónico. El Registrador quedó investido de todas las facultades para manejar a sus anchas las elecciones y la reforma de la Registraduría.
Tomen nota de lo siguiente: El costo previsto para estas reformas es de aproximadamente 7 BILLONES de pesos; se implementará un sistema electrónico de voto que, hará imposible el reconteó físico de los votos; se nombra un super delegado electoral y el Registrador se convierte en una especie de Zar electoral.
Todas las dudas surgidas del proceso electoral de las últimas elecciones presidenciales y del comportamiento del Registrador, terminan siendo premiadas por poderes omnímodos que, se le negaron al propio Petro, para que desarrolle el nuevo sistema electoral.
Como lo dijo el exregistrador y excandidato presidencial Humberto de la Calle: «Gran arrepentimiento tendrá el País por la aprobación de esta ley».
A pesar de todos la prevención que se hizo sobre este Código, los congresistas entusiasmados por uno o dos puestos, aprobaron este esperpento y, lo chistoso es que ellos serán víctimas de esa ley. Ya los veremos hablando de fraudes que no tendrán cómo demostrarlos porque no habrá constancias escritas.
Quien maneje el programa tecnológico de la Registraduría será quien elige. Igual que en Venezuela, para poner un ejemplo cercano.
Nadie comprende a los jefes políticos, cuando los están capando parados ayudan al emasculador y lloran meses después.
Ñapa: Los que la conocimos, la admiramos y respetamos, registramos con pena, la muerte de la elegancia. Basta con ver el porte y el vestir de los Congresistas y altos funcionarios del estado, para ver la consecuencia de su desaparición. La elegancia no era costosa, era simplemente, humildemente armónica. ¡Que descanse en la paz total!