Se está dando la paradoja de que la economía esté relativamente bien y, la situación política y social del país, esté terrible.
Esto había sido pronosticado por el Exministro Ocampo, quien comparó lo que ha venido sucediendo en el Perú, en donde hace unos años está pasando este fenómeno. La diferencia está en que aquí la violencia y la delincuencia están totalmente desbordadas.
Pensando sobre este tema, he concluido que eso se debe a que, en Perú, la Fuerza Pública no ha sido maltratada por el gobierno; contrario a lo que ha venido sucediendo en Colombia.
Así como sabemos que el capital ataca huyendo, las Fuerzas Armadas se hacen sentir quedándose quietas simplemente. Eso es lo que está pasando en el País; las Fuerzas Armadas y de policía maltratadas y vilipendiadas, están estáticas.
¿Qué ha minado la moral de las Fuerzas legítimas del Estado?
Haber descabezado masivamente a los altos oficiales; colocar exguerrilleros al mando de la inteligencia nacional; poner a los altos mandos a mirar cómo destruyen sus instalaciones y prohibirles actuar; tener un ministro de defensa que justifica el secuestro, aduciendo «ligereza» de los policías secuestrados; aceptar el secuestro permanente de los soldados, por parte de «comunidades» organizadas y; darle funciones de fuerzas defensivas a las guardias indígenas y a las cívicas.
Las consecuencias están a la vista:
La violencia y la inseguridad volvió a niveles semejantes a hace 30 años; la fuerza pública está en operación tortuga, haciendo presencia para observar y no actuar, por temor a ser descalificada por el gobierno. Los ciudadanos inermes frente a esta indiscutible realidad; la inseguridad campea en las ciudades y la ruralía. Para empeorar las cosas, están volviendo los grupos de autodefensas a rearmar sus fuerzas aduciendo que van a defender a las comunidades de los bandidos; ya sabemos en qué termina eso.
Si bien algunos indicadores económicos muestran mejoría, incluso los de desempleo, con las mismas reglas laborales de hace años, el país siente un desasosiego asfixiante.
Desafortunadamente, el gobierno, en lugar de buscar acuerdos, sigue con su discurso pendenciero que, ningún beneficio le ha traído. Basta con ver los índices de aprobación de su gestión; ojalá recapacitara, para bien propio y de toda la nación.
Ñapa: Dar apoyo financiero a los jóvenes, para que estudien o monten emprendimientos, es un compromiso de campaña que hizo Petro; eso está bien, lo que es absurdo es decir que se les da ese dinero para que dejen de matar. La frase de Petro fue un error que desfigura la buena medida social.
Ñapita: Tiene razón la ministra de Minas, la famosa «cándida Irene» al decir que su compañero sentimental, un ciudadano holandés, tiene derecho a ser contratado por el gobierno Petro, como han sido nombrados las esposas, los esposos, los compañeros sentimentales, los novios, novias y novies, de los demás ministros, superintendentes, directores administrativos y altos funcionarios del estado; incluso el novio de la vicepresidenta.
Si todas, todos y todes pueden colocar sus parejas, ¿por qué ella no puede?
El gobierno del cambio, en eso, no puede tener esa discriminación con Irene, su ministra estrella.