KICO BECERRA

Amanecimos como sin un peso encima; el país se siente con un aire nuevo.

Cuando menos lo pensamos, el ímpetu interno nos sacó lo bueno que tenemos como nación y reaccionamos vigorosamente, con una votación de casi el 60% de participación, dijimos: No aguantamos más improvisación y queremos gobiernos serios.

El triunfo arrollador en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, es un aviso inocultable, de parte de quienes no han compartido la forma actual de gobierno nacional. Es una advertencia clara del electorado, a los partidos organizados, en el sentido de que están vigilantes de sus procederes.

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Los elegidos tienen la gran responsabilidad de hacer un contraste con el gobierno nacional. Si no hacen gobiernos locales serios y pulcros, en 3 años se puede vivir, nuevamente, lo que se vivió en las elecciones presidenciales.

A los ciudadanos de pie nos corresponde hacer un seguimiento a las acciones de los gobernantes, ayer elegidos, y exigirles estricto cumplimiento de sus promesas de ética y desarrollo, como lo hemos hecho con el gobierno Petro.

Lástima que este gran triunfo democrático se vea manchado, indeleblemente, con el secuestro del padre del ídolo nacional de fútbol: Luis Díaz. El mundo no habla del triunfo de la democracia Colombiana sino, del salvajismo que impera en esta nación, donde se campea la delincuencia y el secuestro. Sentimos gran vergüenza histórica.

Ñapa: El engaño de las encuestas no puede continuar; son una descarada estafa nacional; atracadores de los grupos políticos y manipuladores de la opinión pública. Lo triste es que, dentro de 2 años volveremos a ser víctimas de esas mismas encuestadoras y no les pasará nada; a somos unos irredentos zoquetes.

Ñapita: La tercera incinerada del Chontico es una demostración más de que, la sociedad rechaza el “todo-vale”; no todo se compra; una sanción al abuso de la publicidad y a las malas maneras.

Ñaputa: Fea, muy fea, la actitud de Petro por medio de su Twitter, tratando de aminorar la sanción electoral que le dio el país; no reconocer este llamado de atención colectivo, simplemente indica que sigue igual de desubicado frente a la realidad nacional; grave error.