Pregunté a conocidos que, abiertamente se han declarado seguidores firmes de algún candidato presidencial, sobre qué piensan qué pasaría si su candidato preferido no gana las elecciones; obtuve las siguientes respuestas:

Los Petristas, unánimemente, contestaron que, si no ganaban, habría habido fraude y se volcarían a las calles para que no se pueda posesionar el que gane; “si pierde es porque hubo fraude”; «esta vez, no nos dejamos robar»; «todo el mundo sabe que tenemos las mayorías y es imposible perder»; «promovería marchas y estallido social, mayor que hace un año”.

Los Fiquistas coincidieron en decir que, “ya se sabía que Petro tenía penetrada las elecciones y había manipulado a su favor las elecciones presidenciales”; “el registrador es Petrista y por eso se va a robar las elecciones”; “pediremos el reconteo de todos los votos, no le vamos a dejar el país a los comunistas”; “los militares no dejarán que ese exguerrillero llegue a la presidencia”; “ese loco mentiroso no gana y, si lo hace, no podrá gobernar”.

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Los seguidores del ingeniero Rodolfo me contestaron que, si no ganaba “ellos no votarían en la segunda vuelta»; “con tal que no gane Uribe, voto por Petro»; “me tocará votar por Fico para que Petro no vuelva esto Venezuela»; “ya sabemos que el registrador no va a dejar ganar a Rodolfo”; “los corruptos no nos dejarán ganar, pero, vamos a sacar muchos votos»; “el bobo de Fajardo, por no unirse a Rodolfo, va a permitir otra vez lo de hace 4 años».

Los Fajardistas unánimemente contestaron: “Si no ganamos, es por la manipulación de las encuestas que, volvió por la polarización entre Petro y Uribe». Algunos agregaron: “El registrador no va a permitir que llegue un presidente limpio como Sergio”; “nos van a joder los locos de Rodolfo e Ingrid, que no quisieron unirse a Fajardo»; “votaré en blanco en la segunda vuelta»; “eso me obligaría a votar por Petro en la segunda vuelta».

Me perdonan por no conocer a alguien que vote por Ingrid, ni por el sobrino de Álvaro Gómez.

Viendo las respuestas, concluyó que nadie cree en la registraduría y, por tanto, nadie confía en el resultado electoral; quien gane, comenzará con un país fragmentado con el imaginario que, quien ganó, lo hizo con trampa; hay una seguridad de que habrá una reacción violenta, gane quien gane.

Estando las cosas así, pensaría que: ¿para qué se hacen elecciones si ya algunos parten de la base que, si pierden, no aceptarán el resultado? Hay una disyuntiva macabra: “Si gano, acepto el resultado; si pierdo, lo rechazó por tramposo”. Como quien dice que, el registrador es bueno, si y solo si mi candidato ganó las elecciones.

Así las cosas, nos vendrán días muy difíciles en manos de un gobierno sin mayor apoyo popular y un país a punto de explotar por la polarización.

¡Que nos cojan confesados!

Ñapa: Como diría el mejor estilista de Cali, Gonzalo Echeverry: “Nos llevó el putas mijito».