No recuerdo bien si fue desde cuando la selección Colombia le ganó a Uruguay en Brasil, cuando amanecimos con un País tan optimista, como ahora.
Los nubarrones negros que se cernían sobre el País, se empiezan a disipar desde el domingo, cuando se descubrió nuevamente cómo nos engañan con las encuestas que quieren imponer sus candidatos.
Incluso, el dólar bajó y la Bolsa subió; se siente optimismo y hay razón: La democracia funcionó; sancionó a los de siempre y nos pone a escoger entre dos propuestas de cambio.
El cambio Petrista, con el establecimiento corrupto representado por Samper, Roy, Piedad, Benedetti, Prada y el resto de políticos profesionales que, se le están juntando o, el cambio de Rodolfo que, no tiene ningún político a su lado.
Se dice que son dos populistas, uno de izquierda y otro de derecha; divertido oír a los petristas diciéndole populista a Rodolfo y viceversa.
A Petro lo llevamos oyendo 20 años y lo conocemos como gran orador; del viejo Rodolfo solo se conoce que fue un muy buen alcalde de Bucaramanga. Petro dice que la prueba de que fue buen alcalde es que el 50% de Bogotá votó ahora por él; Rodolfo sacó el 75% de los votos de Bucaramanga.
Los petristas acusan a Rodolfo de machista y el viejo les dice: El 70% de los puestos importantes de mi administración fueron para mujeres. ¿Qué porcentaje tuvo la de Petro?
Los petristas dicen de Rodolfo que es Uribista y el viejo responde: «El uribismo murió hace 3 días, ya está picho»; «yo oigo a todos, pero no hago componendas sino con el pueblo»; “bienvenidos todos los que quieran votar por mí, pero no hay compromisos políticos con nadie».
Mientras la mayoría del gabinete de Santos apoya el «cambio de Petro», Rodolfo no hace tratos con ningún expresidente. Paradójico que el Petrismo represente, ahora, al establecimiento de Samper y Santos y, Rodolfo, el cambio de la clase política.
Mientras Petro reclama debates, cuando él dejó de asistir a varios, por estrategia en la primera vuelta, Rodolfo dice que da entrevistas pero que, no va a debates donde en un minuto debe contestar lo que requiere mucho tiempo, como los planes de gobierno. Agrega que, “Petro es muy buen orador y que él (Rodolfo) le fascinaba oírle los debates”; “la diferencia entre Petro y yo es que, él es buen hablador y yo soy buen ejecutor».
Con este resumen de lo oído hoy en noticias, quiero señalar la temperatura de las campañas en esta cuenta regresiva; estamos a 17 días.
Confieso que, nunca había oído a Rodolfo Hernández; tenía la idea de que era un viejo loco; hoy me propuse oírlo en las entrevistas radiales y debo decir, con franqueza, que de loco no tiene un ápice; acepto que me sorprendió.
Ñapa: Fenómeno único de la política colombiana: 6 millones de votos saca un candidato que no tiene ningún Senador, ni Representante y, en menos de 3 horas de terminadas las elecciones, el tercero en disputa que, sacó 5 millones de votos, anuncia que apoya a quien lo derrotó.
Ñapita: Los ataques bajos a Rodolfo, que lo ponen de corrupto, no los cree nadie; «la calumnia debe ser proporcional al personaje».