En estos días muchas veces he escuchado decir que le van a dar oportunidad al gobierno Petro, para que demuestre que puede hacer el cambio, dándole paz, empleo y comida a la gente y, acabar con la corrupción; se dicen estas palabras, se dan la bendición acompañada de un Dios nos ampare.
Yo, por el contrario, no le estoy dando oportunidad a Petro, me estoy dando la oportunidad a mí mismo, de creer que podemos mejorar como sociedad y como Estado; me estoy dando el beneficio del optimismo y del pensamiento positivo, respecto al próximo gobierno.
La ventaja de no ser Petrista, por conocer de cerca la personalidad cambiante y de no haber votado por él, me da libertad de decir que, por nuestro bien, deseo que sea un gran gobierno que, haga y logre equilibrar en algo nuestra sociedad, ante todo, acabando con el hambre que padecen muchos colombianos.
Deseo que mi premonición, del reciente pasado que, su megalómana personalidad será el peor enemigo de su propio gobierno, sea una ligereza mía y sea verdad que su siquiatra y sus consejeros han logrado cambiarlo. A la gente hay que creerle y siempre hay una nueva oportunidad para corregir errores del pasado.
Mi pensamiento liberal hace que esté de acuerdo con la necesidad de un cambio, por el beneficio de la mayoría desamparada, y que, los que tenemos algo más, debemos hacer sacrificios en pos de una nación más digna y equilibrada.
Por dudas que me genere Roy y el Congreso que, casi unánime acompaña al pomposo Pacto Histórico, el nombramiento de Ocampo, de López, de Leyva y de Velázquez me mantienen la ilusión de que pueda ser un gran gobierno reformador y trascendente en la historia nacional. Me la juego por el positivismo y por el alineamiento de los astros a favor del gobierno entrante; (Petro, cree mucho en astrólogos, por cierto).
Aspiro a que esto que digo les sirva a algunos que siguen anclados en sus odios del pasado, a cambiar de actitud y se den conmigo la oportunidad del optimismo, olvidando la malvada polarización que está acabando con nuestro maravilloso País.
Ñapa: No más asesinato vil de policías; la sociedad debe reaccionar frente a este horrendo genocidio selectivo. Están matando policías a diestra y siniestra; así como protestamos por el asesinato de líderes sociales debemos, con vehemencia, protestar por el exterminio criminal que se está haciendo contra la Policía Nacional; dejemos la indiferencia. Es el momento de manifestar nuestro rechazo por estos asesinatos.
Ñapita: Se nos fue el rey del despecho, Darío Gómez. Hizo realidad su canción «nadie es eterno en el mundo”; si bien no había nacido en Cali, aquí fue donde comenzó su fama, hecho que siempre resaltó. Su música hará que nunca desaparezca su memoria.