KICO BECERRA

En otra típica salida de tono de nuestro alcalde, por medio de comunicado, acusa a una pequeña élite de la ciudad, de estar interesada en que la estatua del fundador vuelva al lugar del que fue vandalizada y tumbada con ayuda de funcionarios de su fracasada administración.

Nada más falso que eso; los taxistas y personas que manejan el turismo ya no pasan por ahí. Ese paseadero, para darse un borondo en la tarde y en la noche, perdió su interés. Los vendedores de cholaos se retiraron del lugar; ese símbolo de casi un siglo es extrañado por todos los sectores sociales de Cali.

Acusa de manera bellaca a quienes queremos que se conserven los íconos de la ciudad, de ser seguidores del genocidio y de querer esconder la verdadera historia de la ciudad y otras cosas semejantes, para distraer a los ciudadanos en asuntos tribales y no de fondo.

Anuncio

Quien quiere ocultar los negocios que se están haciendo en construcciones de nuevas leyendas es él, Ospina; quien, sabiendo que la estatua está reparada, pagado su arreglo y guardada en un cantón militar, lista para ser colocada, no ha querido cumplir su deber.

Que ponga a Petecuy y a otras figuras representativas de nuestra historia, también en esa loma, es buena iniciativa y, si son sometidas a bandidaje en el futuro, también lucharemos para que se les respete.

Reclamamos también que devuelva a su lugar la locomotora que ordenó levantar de la Glorieta de las banderas de la Estación del ferrocarril. Nos irá a decir ahora que somos defensores de la contaminación que causó en su época el tren o de xenofobia, porque estaba pintada de negro, cuando lo cierto es que ese otro monumento del patrimonio histórico de la ciudad, fue vandalizado por los mismos destructores de la ciudad y Ospina, incapaz de protegerla, optó por hacerla levantar y mandarla a podrir en una bodega del municipio.

El secretario de Cultura, Dr. Medina, es el único funcionario de esta administración que se ha interesado en volver a su lugar los monumentos; doy fe de ello y de la poca atención que la mayoría de esta iconoclasta administración le ha prestado.

No nos dejamos amedrentar del alcalde Ospina; seguiremos buscando que los monumentos del Fundador de Cali y la locomotora de la glorieta de las banderas, de la avenida de las américas, vuelvan a su lugar.

Los invito a hacernos presentes el próximo 20 de agosto en la loma de la estatua de Belalcázar, a las 11 AM; demostremos nuestra inconformidad y presionemos con nuestra presencia y la de otros amigos a esta indolente y segregadora administración municipal

Ñapa: No es sino que lleguen al Congreso para que se puteen; los congresistas del Pacto Histórico, lo hicieron la primera semana. Hasta ahí les llegaron las promesas de bajarse el sueldo, dejar los carros y celulares; eso será para dentro de 4 años, según ellos. Desvergonzados esos puñeteros que con ese compromiso se hicieron elegir; definitivamente que fácil se corrompen.