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Según la mayoría de los caleños, lo más grave que le está sucediendo a Cali y que genera todos los demás males, es que lo que se hace es para sacar beneficios económicos para los funcionarios y partidos políticos que acompañan al alcalde Ospina.

En adición a los tan conocidos contratos de la feria virtual y el alumbrado rodante, otra prueba fehaciente de esto son las rejas versallescas que están poniendo en los separadores viales. Cuando usted pasa por el frente lo primero que piensa es: «Cuánto se estarán robando con estos mamarrachos».

Todos los caleños nos preguntamos si se justifica gastar ese dineral en esas rejas, cuando tenemos la ciudad sin semáforos, sin estaciones del MIO, llena de huecos y sin cárceles para los detenidos.

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¿Sería más racional usar los pocos recursos en soluciones inmediatas para el mejoramiento de las cámaras de vigilancia y poder controlar, en algo, la criminalidad desmadrada que tenemos?

¿Los dineros que se malgastan en esas rejas de cementerio campestre, se podrían haber utilizado en la construcción de centros de reclusión para todos los ladrones que a diario se apresan y se largan por falta de sitios dónde tenerlos? Les sobraría incluso billete para el tumbis respectivo.

Además de corruptos, son torpes al hacer obras que no son prioritarias; eso enardece más a la ciudadanía. Además de ser pícaros nos creen zoquetes.

Lo que revela la encuesta de que los más pobres son los que más desaprueban la gestión de Ospina, es por eso; nadie entiende que, careciendo de obras prioritarias, se usen los dineros públicos en esas suntuarias e innecesarias construcciones.

Ospina perdió el rumbo hace rato y no lo quiere retomar; se engolosinó con el contratismo y perdió la grandeza de la lucha por las ideas; le quedó grande la grandeza, de ahí el repudio colectivo que hoy padece.

Lo peor es que, ahora se le ve como representante del Petrismo y se ha desfigurado más; ha copiado el estilo arrogante y pendenciero. Hasta su característico habladito de sermón de cura de pueblo se ha tornado en contestaciones petulantes, estilo Petrosky; de mal en peor.

Ñapa: Duele la casi segura eliminación de Colombia para el mundial de Qatar. Nadie entiende que un equipo con los jugadores que tiene, no esté en ese certamen; el juego del fútbol es así. Ahora nos dedicaremos a destrozar jugadores y técnicos; sacaremos nuestra vocación malpa caníbal, para considerarnos los peores del planeta; nadie nos cambiará, nos encanta la tragedia.