Desde sus primeras transmisiones en la televisión colombiana, Lizardo Díaz y Jorge Ramírez, conocidos como Los Tolimenses, marcaron un hito en el humor musical del país. Con sus guabinas, bambucos y chistes de doble sentido, cautivaron a varias generaciones de colombianos a lo largo de más de 40 años de carrera.
En sus inicios radiales, cuando el dueto se preparaba para interpretar una pieza de su repertorio folclórico, un momento de vacilación se convirtió en el germen del humor que caracterizó al grupo. Díaz dudó sobre la letra de la canción y Ramírez, rápidamente, improvisó un chiste. “Mi papá le siguió la cuerda, eso fue totalmente una improvisación. Y desde ahí, comenzaron a incluir chistes en sus bambucos, sanjuaneros y guabinas», recordó la actriz y bailarina Patricia Ércole, hija de Díaz.
Este gesto espontáneo fue el principio de un estilo único para Los Tolimenses, quienes nacieron en 1951 en Medellín. A lo largo de su carrera, transitó por radio, televisión, teatro y cine, llevando su humor y música por todo el país y más allá de sus fronteras.
El origen de los nombres Emeterio y Felipe
Otro aspecto distintivo del dueto fueron los nombres con los que fueron conocidos: Emeterio y Felipe. Esta curiosa denominación surgió de manera improvisada durante una presentación en 1954, cuando el locutor Álvaro Monroy Guzmán, quien los introdujo en el programa Estampas colombinas, sugirió que adoptaran nombres más llamativos. Así, el presidente de la época, Gustavo Rojas Pinilla, inauguraba la televisión en Colombia y Los Tolimenses se convirtieron en la primera pareja cómico-musical del país bajo esos nuevos nombres.
“(Monroy Guzmán) los presentó como Emeterio y Felipe. Fue como un bautizo informal y se quedaron con esos nombres», recordó Ércole, quien también resaltó la influencia de su madre, la famosa actriz y bailarina Raquel Ércole, en su carrera.
Un dueto que trascendió generaciones
Para Jaime Monsalve, jefe musical de Radio Nacional, Los Tolimenses son un ícono de la televisión colombiana. «Si se hace un recorrido por los 70 años de historia de la televisión en Colombia, Los Tolimenses estarán presentes en al menos 40 de ellos», aseguró Monsalve, quien destacó la relevancia del dueto en la música andina colombiana y su capacidad para ofrecer un humor con un toque irreverente que marcó la televisión de su época.
Formación y primeros pasos musicales
Patricia Ércole contó que ella y sus hermanos heredaron el amor por la música y los instrumentos de su padre, incluyendo el tiple, la bandola y el violín del «compadre Felipe». Lizardo Díaz, antes de ser parte del dueto, estudió arquitectura e ingeniería de minas, pero su pasión por la música lo llevó a abandonar esas carreras. Fue en el Conservatorio de Ibagué donde Díaz conoció a Jorge Ezequiel Ramírez, su compañero de carrera y futuro compañero de escenario.
Los primeros pasos del dueto fueron en el Trío de los Estudiantes en Medellín, junto a Lucho Blanco y Rufino Duque. Con el tiempo, Ramírez se unió al grupo, y tras su disolución, nació Los Tolimenses en 1951.
El legado internacional
A lo largo de su carrera, Los Tolimenses dejaron momentos inolvidables, como su actuación en el IV Festival de la Canción Latinoamericana en Hollywood, donde obtuvieron la Palma de Oro, o su presentación en el Madison Square Garden de Nueva York. Incluso, en 1981 protagonizaron la película Amenaza nuclear, una parodia del género de espías.
“Su humorismo fue siempre el mismo en todos los formatos: radio, televisión y teatro, siempre manejando un doble sentido», asegura Monsalve, quien también recuerda que el personaje de Emeterio (Ramírez) solía ser serio, mientras que Felipe (Díaz) respondía con una sonrisa ante los chistes de su compañero.
Despedida y legado
Los Tolimenses se disolvieron en 1992, tras 41 años de éxito. Jorge Ramírez, «Emeterio», falleció en 2001, y Lizardo Díaz, «Felipe», murió en 2012. Más allá de su legado musical, Díaz y Ramírez dejaron un impacto profundo en la cultura colombiana. Patricia Ércole destacó la visión de su madre, Raquel, quien siempre representó la diversidad cultural de Colombia al vestir trajes típicos en sus presentaciones. “Esa visión de representar el país me parece que fue uno de los legados más fuertes», concluyó.