Desde que estaba en mi formación profesional como psicólogo he observado miles de cosas que ayudan al seguimiento emocional en un proceso terapéutico.
Estás cosas que influyen son mil formas que fortalecen al paciente y ayudan al terapeuta para guiar y llegar al objetivo de consulta. Y a lo largo de mi experiencia como terapeuta pero sobre todo como paciente he notado que es parte esencial es tener ese match, conexión, empatía con tu terapeuta.
A pesar de los diversos temas que se hablen dentro de la consulta terapéutica el tiempo mejor trabajado es cuando el propio paciente descubre que puede expresarse libremente, a pesar de que el terapeuta no tenga las mismas experiencias.
Y esto lo noté desde el inicio de mis estudios, dentro de mis prácticas profesionales más de una ocasión fue de suma importancia tener ese tipo de conexión con el paciente y esto mismo tiene mayor fortalecimiento al objetivo y crecimiento del proceso terapéutico.
Y esta conexión sinceramente es ambivalente, con esto me refiero que el paciente así como el terapeuta deben de tener esta confianza de objetividad.
Un ejemplo como terapeuta, en una ocasión llegó al consultorio de mi universidad, un caso de una niña de 12 años por motivo de “Autolesión – Cutting”, fui canalizado como terapeuta y una compañera fue co terapeuta. Durante la primera sesión comenzó a dar indicios de abuso y violación sexual. Y desde ese mismo momento me sentí vulnerable y pedí a mi compañera que continuara el caso.
Esto no fue por alguna experiencia personal en el pasado, sino simplemente me sentí impotente y me vulneró el caso. Independientemente de ser psicólogo, simplemente es que soy un ser humano y tuve que admitir que no me sentía apto para seguir con el caso.
Al inicio me sentí que posiblemente no era un buen psicólogo y que eso de rechazar el caso me hacía menos objetivo para el crecimiento de mi carrera profesional. Pero mi asesor psicológico y profesores nos dijeron que fue lo mejor había podido hacer porqué a veces en vez de ayudar podemos anclarnos y ser zero objetivos en un proceso psicológico. Y ahí entendí que es cierto pero esto no solo pasa como terapeuta sino también como paciente.
Y desde la perspectiva como paciente a veces es necesario sentirte conectado con el terapeuta para tener mayor libertad de expresarte y tener un buen tiempo terapéutico.
Pero esto no quiere decir que al inicio del proceso el miedo de ir a terapia se desvanezca. Al contrario, este MATCH, ayuda a crecer y llegar a la meta de la terapia.
Por ejemplo como paciente en terapia siempre tuve en la mente que al ser varón, mi terapeuta debía de ser un varón para tener mayor confianza de temas diversos y que sería más fácil expresarme. Y “Sorpresa” desde que tengo memoria cada vez que voy a terapia tengo mayor facilidad de expresarme con mi terapeuta del sexo femenino.
Y no me refiero que se tenga que seguir una línea terapéutica forzosa. Todo lo contrario sino el MATCH terapéutico influye de gran forma.
En mi experiencia he visto que en mis sesiones semanales con mi terapeuta hablo de mil temas y la forma que he avanzado hacen que sienta de una manera que realmente me agrada.
Pero ojo esto no es una generalización forzosa a todos sino simplemente me refiero que la forma de adaptarse y la fluidez de cada sesión depende de ambas partes desde el paciente y terapeuta.
Así que, si estás en busca de terapia ten en mente que dentro de este proceso psicológico hay muchas formas, maneras de fluir pero el Match, lo descubres con el tiempo y no se requiere una lista de cómo saber si tengo esta conexión con mi terapeuta simplemente, la magia de la terapia te lo hará sentir. Porque como dice mi libro favorito: Lo esencial es invisible a los ojos – El principito