Estamos en un tiempo especial en el planeta de reflexión, cambio de vida, reencuentro después de dos años de pandemia, de haber perdido muchos seres queridos y estar afectados muchos por enfermedades, crisis emocional, depresión, ansiedad, desempleo, incertidumbre para el futuro.
Es por eso que estas líneas quieren animar en los lectores, motivos de esperanza, de resiliencia, de superación de las dificultades que siempre las tendremos y las logramos superar.
En medio de un conflicto de guerra entre Rusia y Ucrania, tenemos que ser sembradores de paz.
Como lo dijo el Papa Francisco, parafraseando y aumentándole de mi propia pluma, qué se gana colocar una bandera de victoria en medio de cadáveres, personas inocentes, civiles desarmados, edificios de apartamentos destruidos, hospitales y orfanatos despedazados con personas adentro. Que valentía es destruir al opositor, al que piensa distinto y no nos agrada, renunciando a las mesas de negociación, de arbitraje, de conciliación, en una sociedad que se supone civilizada.
Hay un ambiente en nuestras ciudades de compartir, de reparar los daños cometidos, de sentido ecológico, de diálogo con las diferencias.
Por ejemplo, nuestra Universidad llevó a cabo la misión en una Parroquia de Jamundí con varios muchachos de diversas carreras, sembrando valores, sonrisas en personas desesperanzadas, invitando a la reflexión, a la construcción de tejido social, espiritual y de paz.
Son muchachos de escasos recursos, algunos cabezas de familia, personas de fe pertenecientes a grupos de pastoral de la Arquidiócesis de Cali como lazos de amor mariano, hijas de diácono permanente, personas con inquietud vocacional y social.
Se defiende la cultura de la vida, los valores humanos y cristianos, la dignidad de la persona humana, el Proyecto Ser, que son el objetivo de la Dirección de Espiritualidad y Dignidad Humana, recientemente creada en la Unicatolica.
Nuestra Universidad es una respuesta para los muchachos de estratos 1, 2 y 3; contamos con estudiantes cabezas de familia, madres y padres solteros, desplazados y migrantes, personas del proceso de paz, afrodescendientes y de culturas ancestrales, minorías étnicas y personas con orientación sexual diversa.
Estos muchachos requieren inversión para apoyarlos en procesos de formación y para eso se ha creado el Fondo de Benefactores Monseñor Isaías Duarte Cancino con la Cuenta de Ahorros 001-19457-0 del Banco de Occidente.
Muchas personas colaboran con alimentos, vestuario, medicamentos, muebles y mil insumos más, pero hago un llamado a todos, sobre todo empresarios y personas e instituciones del mundo educativo y cultural, que es prioritaria la inversión en formación y educación en ética y valores, derechos humanos y derecho internacional humanitario, ecología e impacto ambiental, deontología y ética profesional, pedagogía del humanismo cristiano, y todo lo misional que está llevando a cabo nuestra alma mater de Unicatólica.
Por eso hago la invitación a todos nuestros lectores y sus contactos para apoyar estos esfuerzos desde los territorios para impactar a la sociedad en la construcción de las futuras generaciones que nos van a cuidar en nuestra ancianidad desde el ámbito de sus diversas profesiones. dir.espiritualidad@unicatolica.edu.co
Cel. 3204003835. Viva Cristo Resucitado y bendiciones ¡!!