Dios es tu mejor médico

Es necesario tener fe para recibir las promesas que tiene el Señor. Todas ellas están en la biblia, especialmente frente a las enfermedades que nos causan, tristeza, desánimo, temor y opresión. Dios quiere que tengamos salud, felicidad y seamos prósperos en todo.
Vale decir que los médicos existen, porque el Todopoderoso los puso en la vida para sanarnos también a través de ellos.
Hay personas que dicen: «no voy al médico porque Dios me va a sanar». Es bueno creer de esa manera, pero es un error, porque cuando la fe no alcanza hay que acudir a los profesionales de la salud y Dios dirá la última palabra. También cuando el conocimiento médico se agota y no puede superar la enfermedad, necesitamos de la ayuda divina. Entonces, sí hay que orar y también sí hay que ir a consulta con el galeno, hacer los exámenes, tomarse los medicamentos y obedecer a lo que se le ordene.

Palabras de vida
Llevar una vida de obediencia y rectitud para con Dios, trae salud.
«Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador». Éxodo 15:26.
Hay otras dos palabras de gran promesa del Señor: «He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad». Jeremías 33:6
«Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Marcos 16:17-18.
La siguiente cita bíblica contiene exactamente lo que necesita el ser humano para vivir de forma abundante: creer en el gran poder de Jesús, tener paz, ser próspero en todo y tener salud.
«Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma».
3 Juan 1:2.

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Oración milagrosa para un enfermo
Si conoces a alguien que padece una enfermedad, un familiar, amigo o allegado, o tú mismo; pronuncia con profunda fe, concentración, con voz audible y con todo el corazón, la siguiente oración que ha resultado efectiva por su poder milagroso:
“Padre amado, precioso y bendito Dios; invocando el nombre de la majestad que tienes, tú que reinas en el cielo y en la tierra, hoy me pongo a tus pies y ruego por tu misericordia; por tu amor; por tu bondad, por tu compasión, y benevolencia.
Señor, te ruego por la sangre de Jesucristo y por amor a ti mismo, por la salud de…(se dice el nombre de la persona)… y pido que le socorras para que se recupere de la dificultad de salud que tiene y le des la victoria en esta nueva etapa de su vida. Que la prueba sea corta y larga la bendición.

Señor mío y Dios mío, su cuerpo y su alma están adoloridos, solo tú tienes el poder de darle la sanidad y sacarle de ese estado en el que se encuentra y devolverle su salud, haciendo que goce de una vida junto a ti, de tu mano.

Padre, tú que todo lo puedes, en tus manos pongo su salud y su vida, que sea tu voluntad de que este mal se vaya del cuerpo y sea reprendido todo ataque maligno y todo espíritu inmundo de enfermedad común, extraña o huérfana, que sea retirado dolor, daño, trastorno, molestia o muerte. A partir de ahora lo declaramos sano, libre y bendecido de la punta de la cabeza a la punta de los pies. Tu palabra dice que en la cruz del Calvario quedaron crucificados nuestros pecados y enfermedades por la llaga de Cristo, por eso profetizamos libertad y sanidad. Declaramos una salud abundante, agradable y perfecta, por el poder de Cristo Jesús con derecho y autoridad sobre las enfermedades, también de principados y potestades, porque es más fuerte el que está con nosotros, que el príncipe de la oscuridad. Glorifícate Abba Padre que tú poder sea perfeccionado en nuestra debilidad y angustia; nada ni nadie nos podrá separar de tu amor que es en Cristo Jesús. Te doy gracias por escuchar este clamor que pongo delante de tu trono y que la oración no tenga oposición, tropiezo u obstáculo.

Señor, tu paz viene a nosotros, con salud sobrenatural, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén.”

Gracias a todos los lectores de FullCali. Feliz y bendecida semana con salud abundante.