Dios habla de dejar el afán

Dice la Biblia que cada día trae su propio afán. Debemos pensar que a pesar de nuestra agitación, a diario recibimos montones de bendiciones.
¿Cómo así y dónde están? Tener vida, poder caminar, ver, oír, comer, hablar, que funcionen bien el corazón, los riñones, el estómago y muchas otras funciones; son bendiciones casi invisibles y como tal, pasan desapercibidas para muchos. Esa repetición de afanes, de estrés, empiezan a disminuir cuando decidimos pedir ayuda al Señor.
Poco a poco se inicia un proceso con el cual vamos sintiendo paz.
«Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande», dice Job 8:7.

De la mano del Señor será mejor
Las cosas con Dios son procesos que siempre empiezan de lo mínimo a lo más grande y extraordinario. Él nos llevará de la mano, a pesar de los azares diarios. Génesis habla de la manera espiritual como fuimos creados. Científicamente el ser humano partió su existencia física de una célula, después se armaron tejidos, posteriormente aparecieron los órganos que hacen parte de sistemas vitales.
Una planta empieza con una semilla plantada y cumple ciclos, echa raíces, crece, hasta que da sus frutos.
Cuando un cristiano ora para que se produzca un milagro, planta ésa semilla desde su espíritu, el Señor da el crecimiento al entregar instrucciones a través de su palabra y justamente se empiezan a desarrollar etapas que desembocan en una bendición.

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Cero afanes en esta vida
Las angustias de hoy, no serán las mismas de mañana. Ahora tal vez pensamos en salud, en dinero o en una decisión favorable; seguramente, luego, tendremos otro tipo de expectativas.
La biblia tiene dos citas acerca del afán.
Una de ellas expresa: «Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá». Salmos 39:6.
La otra es: «No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?». Mateo 6:31.
No nos afanemos que Dios tiene planes de bien para perfeccionarnos. En esta tierra estamos de paso en un aprendizaje y debemos superar pruebas como si fuéramos estudiantes que son aprobados luego de presentar unos buenos exámenes.
Una figura muy usada para entender este tema, es el proceso que se adelanta con el oro, del cual se aparta la escoria para dejarle el máximo grado de pureza.
La verdad es que Dios nos examina con el fuego de las pruebas para sacar lo mejor de nosotros.
«Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo». 1 Pedro 1:7.

La bondad del proceso
Todo lo bueno que hagamos de alguna forma regresa a nosotros y también toca a los nuestros. Siempre en cada proceso o prueba, debemos procurar hacer el bien y tratar a los demás como quisieran que nos trataran. De igual manera, lo malo que hagamos también tendrá su respuesta; tal vez no será de inmediato pero de todas maneras llegará por cualquier vía. Es necesario tener cuidado con nuestras actitudes y pensamientos porque de ahí depende el estado de nuestro corazón.
«Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos». Mateo 7:12.
Es bueno esperar en Dios sin afanes, porque de una pequeña nube se desata un gran aguacero y luego viene el sol radiante, tras cumplir todo un ciclo.
Dios ha dicho desde ayer: «no te afanes», lo dice hoy y lo mismo dirá mañana.
Cada día es una nueva oportunidad para empezar y ver que la mano del Todopoderoso nos trae paz y tranquilidad.
Nadie soluciono un problema con preocuparse; pero sí le cambió la visión, cuando decidió orar con fe.

Feliz y bendecida semana en paz a todos los lectores de www.fullcali.com