La ‘Armadura de Dios’ mantiene alejado al diablo            Dios nos ha entregado unas armas que no son físicas, sino espirituales; que no las usamos debidamente para defendernos de nuestro enemigo común el diablo y mantenerlo ‘en la raya’ sin que traspase límites.

Esas guerras son contra todos los seres malignos espirituales de las tinieblas que traen enfermedad, ruina, miseria, desesperación, temor, estancamiento económico y muchos otros males.
Recuerdan el programa ¿Quién quiere ser millonario?
Traemos como ejemplo ese concurso que tenía varios recursos para que el participante se defendiera y salir bien librado al responder las preguntas.

Las herramientas era 50-50, la llamada a un amigo, que el público aconsejara; pero habían concursantes que primero se dejaban eliminar pero se resistían a utilizar las ayudas que solo servían para ese momento.
Así pasa con muchos cristianos, que no se apropian de las armas espirituales. Entre ellas la ‘Armadura de Dios’ descrita en el libro de Efesios.

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Unas de las primeras armas son la oración, la fe y el ayuno. Jehová, Dios, nos ha prestado esa ‘Armadura’ pero no le damos la debida importancia al recurso divino.
La Biblia habla de lo siguiente: «Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta». 2 Corintios 10:3-6.

El arma más poderosa
El recurso letal que derriba a Satanás es la ‘Armadura de Dios’. Así se pueden enfrentar las artimañas del diablo. Añade la Biblia: «Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

Por lo tanto, pónganse toda la ‘Armadura de Dios’, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración».

Hay que hacer énfasis en lo siguiente: «Las flechas encendidas del enemigo», son los pensamientos que el diablo pone para asustar, causar duda y temor. Se dice que la mente es el laboratorio predilecto del maligno para que no tengamos fe y causar duda en que Dios nos ayudará.
Si alguien quiere mantener al diablo ‘a metros’, haga esto:
«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y el maligno huirá de vosotros». Santiago 4:7.
Feliz y bendecida semana en paz.