En la Conferencia Internacional Salvemos el Planeta en Chicago, el presidente Gustavo Petro hizo un fuerte llamado a la acción global para enfrentar la crisis climática, instando a una «revolución mundial» que transforme las relaciones económicas, políticas y de poder a nivel global.
Petro propuso la creación de un bloque social y político conformado por pueblos latinos, africanos, afrodescendientes, árabes y de otras culturas, con el objetivo de cambiar el poder mundial para que la «democracia global» sea liderada por los pueblos y no por quienes considera responsables de la crisis humanitaria y ecológica.
El presidente subrayó la necesidad de actuar a nivel local, con una comunicación mundial, para desarrollar un nuevo enfoque en las relaciones con la naturaleza que asegure la supervivencia de la humanidad. Petro también destacó la importancia de promover una sociedad pluricultural y pluriétnica, siguiendo el ejemplo de Colombia.
El cambio propuesto por Petro implica una transformación en las relaciones sociales de producción, donde la tecnología no contribuya a la contaminación, y donde la acumulación de bienes materiales sea reemplazada por la acumulación de experiencias, conocimientos y la intensidad de la vida humana.
Petro sugirió que esta revolución mundial podría comenzar en ciudades como Chicago, Nueva York o Bogotá, y extendió su visión hacia una alianza global, instando a que la riqueza se mida no en dólares o euros, sino en el impacto de las emisiones de CO2 en el planeta.