En la zona rural de Buenaventura, especialmente en la región del río Naya, se ha registrado la presencia de las disidencias de las FARC bajo el liderazgo de Jaime Martínez. Estos grupos han estado involucrados en numerosos enfrentamientos que han resultado en el desplazamiento de la población civil.

La suspensión de la mesa de diálogo con estas disidencias por parte del gobierno nacional ha generado una profunda inquietud entre los líderes comunitarios y la Iglesia Católica. Temen que la suspensión impida el retorno de las comunidades a sus hogares y que se desvanezca la esperanza que los diálogos con el gobierno habían ofrecido.

El obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo, expresó su esperanza de que las disidencias reconsideren su decisión, haciendo hincapié en el comunicado de las disidencias de Iván Mordiscos, en el que anunciaron su retiro de la mesa de negociaciones de paz debido a lo que consideran «incumplimientos» por parte del gobierno colombiano. Sin embargo, destacaron que mantendrán el cese al fuego.

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El Obispo lamentó la situación, ya que había esperanzas de que los diálogos avanzaran y beneficiaran a las comunidades que sufren constantes enfrentamientos en la zona. Hizo un llamado a que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones con seriedad y compromiso, con el objetivo de buscar una solución pacífica y evitar que el conflicto se intensifique.

En cuanto al mantenimiento del cese al fuego, monseñor Rubén Darío Jaramillo subrayó que es una medida positiva que contribuye a evitar la violencia y a salvar vidas. También instó al gobierno a hacer su mayor esfuerzo para que las negociaciones continúen y a los grupos armados ilegales a comprometerse en busca de la paz que anhela el país.