Los Niños del Amazonas de Daniel Coronell.

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

En Colombia vivimos la noticia mientras podemos especular con ella y la prolongamos al máximo hasta cuando seamos capaces de controvertirla. Eso nos sucedió con los niños perdidos en el accidente aéreo de las inmediaciones de Araracuara.

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Mientras el país estuvo expectante y los noticieros y algunos diarios colombianos y del extranjero enviaron corresponsales para mantenernos al tanto, la noticia, contada a cuenta gotas la mayoría de las veces ,imaginada las otras ,alentó los temas de muchas comidas familiares o de cualquier tipo de reuniones.

Por ese seguimiento supusimos muchas cosas, especulamos otras pero conocimos algunos personajes memorables como el General Pedro Sánchez o como el nada recomendable papá de las criaturas.

Para que no se olvide la noticia, Daniel Coronell, dando una señora cátedra de periodismo investigativo, publicó un libro donde revela, desde su prisma múltiple de visión todos los ingredientes de esa hazaña de novela.

El texto es agradable y para un país desmemoriado como el nuestro, resulta apenas que indispensable. Pero quizás porque está elaborado más para ser usado como libreto de una gran película y no como una narración diversa entrelazada con intención, los lectores ya lo están olvidando tanto más rápido que la tragedia vivida por esos niños.

Y como ante el fallo de tutela emitido por el juez Anyelo Mauricio Acosta, las ediciones futuras del libro quedarán sin los nombres y circunstancias familiares íntimas de los menores, que son fundamentales para entender el contexto, lo más probable es que el libro que alcanzamos a adquirir resulte ser solo un recuerdo, o un fugaz esfuerzo o un incunable y no el ejemplo de cómo se hace una investigación periodística con calidad y con altura, cómo lo logra Daniel Coronell en este libro, tan cercano a lo inverosímil pero tan real al final de cuentas, así el juez Anyelo haya ordenado mutilarlo para proteger a los menores de edad actores principales de él.