Reseña sobre los criterios opuestos del Ex rector de la Libre Luis F Cruz y Raquel Bernal, rectora de los Andes sobre formación universitaria, el humanismo, la tecnología y el costo-beneficio.
Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Estaba tratando de leer y digerir el complicado libro que el profesor Luis Fernando Cruz ha publicado en la UCEVA y titulado ”Complejidad y educación en epidemiología”, cuando aparecieron las declaraciones de la nueva rectora de la Universidad de los Andes, la doctora Raquel Bernal.
Yo ya había sacado la conclusión del libro del doctor Cruz y su numeroso equipo de investigadores, en el sentido de que propenden por un restablecimiento fundamental de la formación humanística en los médicos del futuro, incluyendo a salubristas y epidemiólogos. Y, que, como tal, los profesionales de esas disciplinas y de otras deben tener plena conciencia de situaciones que requieren reflexión moral.
Estaba pues plenamente satisfecho no solo porque había entendido el libro sino porque fue ese esquema de Estudios Básicos que los de la Fundación Rockefeller implantaron hace 60 años en la Universidad del Valle y la de los Andes, y los que desarrollaron las vanguardias universitarias colombianas.
Pero me encuentro de sopetón con la señora Bernal, nueva rectora de los Andes, diciendo casi que lo contrario en declaraciones para El Tiempo y quedé plop como condorito. Para ella la automatización va a hacer desaparecer por lo menos la mitad de las ocupaciones que hoy conocemos y como tal las universidades deben producir lo que se necesita porque la educación ya no dizque se podrá resolver disciplinariamente.
Para ella, contrariamente a lo que piensa el doctor Cruz, hay un agotamiento del modelo educativo actual, y los jóvenes solo buscan el costo-beneficio de una carrera y por consiguiente una educación marcada por la tecnología. Aunque el médico epidemiólogo Luis Fernando Cruz fue rector universitario y profesor por muchos años y pese a sus idealismos es hoy reconocido como una autoridad respetabilísima y la doctora Bernal tiene una colección de títulos de las mejores escuelas y universidades norteamericanas y no llega de gratis a ser rectora de la más famosa universidad colombiana, ambos piensan distinto.
El médico insiste una y otra vez en su libro en que los profesionales del futuro deben tener no solo una preparación técnica y científica, si no una gran conciencia ética y sentido social. La doctora Bernal, en sus declaraciones, llega hasta menospreciar el componente humanístico y parece pensar solo en la necesidad de producir conocedores de las nuevas tecnologías para satisfacer el mercado.
Son dos puntos de vista que deberían abrir las puertas de una discusión más amplia y profunda así el balconcito desde donde habla el médico Cruz sea una ventanilla provinciana y la doctora Bernal lo haga desde la cúspide inalcanzable de los Andes.