Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Los hermanos Pardo, responsables incansables de la Editorial Pijao de Ibagué, han celebrado el final de su año cincuentenario con la edición de un par de libros de factura muy difícil de repetir. El magnífico libro de cuentos de la profesora Cecilia Caicedo Jurado y la increíble antología de poetas del Tolima realizada por Alberto Santofimio Botero.
Ambos a más de ser bellamente editados encierran secretos que solo su lectura puede abrir. Cecilia Caicedo, profesora ilustre de la Tecnológica de Pereira, tiene un libro de 7 cuentos casi todos narrados desde el mismo punto de vista, resaltando el arraigo provincial, el enfrentamiento con las distintas etapas de la vida y a fé que logra volver inolvidable su lectura con sencillez, con soltura narrativa y con deliquios muchas veces decimonónicos pero habituales en el lenguaje nariñense, de donde ella es oriunda.
Tiene empero un cuento que debería haber sido el título del libro “No me saques de Sierra Mágina”,donde se supura poesía en prosa, se delinean caracteres cortazianamente,se atornillan tensiones y se abofetea al lector para que entienda que “es como querer a alguien,pero amar en cuerpo distinto al que está al lado».
La Antología Poética del Tolima, titulada “Soñando Despierto” es un trabajo que solo alguien con la voluntad inquebrantable, la capacidad de juzgar con serenidad pese a las adversidades como Alberto Santofimio podía realizar.
Allí están desde Camacho Ramírez y su majestuosa oda a Baudelaire, hasta el consagrado William Ospina. Están los robles centenarios de Diego Fallon y Germán Pardo García, hasta los tejedores de coronas contemporáneos como Luz Mery Giraldo o los frescos pero muy impactantes poemas de María del Rosario Laverde.
Es un libro expresión del hombre culto que hay detrás del Santofimio político, del que por encima de vicisitudes o de haber sido el único reo condenado por oídas de terceros para satisfacer odios generacionales, no ha dejado de leer.
Quizás por ello sabe escoger los poetas de su tierra con escalpelo y rigurosidad y permite la plena satisfacción a sus lectores convencidos que fue y será para la historia el mejor escritor hablado del Tolima y, por qué no, de Colombia.