Caterina, de Carlo Vecce,editada por Alfaguara Interesante historia sobre la madre circasiana de Leonardo Da Vinci.

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

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Mientras más siglos pasan más se consolida la imagen de Leonardo Da Vinci no solo como el pintor excelso de la Mona Lisa y de la Última Cena, sino como el hombre que hace casi 600 años dibujó los grandes adelantos que el mundo apenas vendría a asimilar en los siglos 19 y 20.

Pese a ese grado de importancia en la evolución del mundo occidental, habían sido muy pocos los historiadores y escritores que se preocuparon por los orígenes y los ancestros de este genio de la humanidad. Corrieron con ímpetu decimonónico y fueron publicadas algunas versiones pero ninguna pasó del resumen enciclopédico que afirmaba que era el hijo de un notario menor del poblado de Vinci y de una esclava.

Ahora, con solvencia profesoral muy reconocida en varios países y en muchas universidades,pero también hay que decirlo con una imaginación un tanto recargada , Carlo Vecce emprende la labor investigativa y novelística de buscar quien era el padre de Leonardo y ,en especial ,de donde provino la esclava circasiana que dio luz a ese magno genio de la humanidad.

El personaje, obviamente, Caterina,queda a horcajadas entre la ficción y la reconstrucción histórica. Prolongando a veces sin necesidad narrativa situaciones vividas, comprobadas o imaginadas, pero que se ajustan a un modelo biográfico rígido, que nunca se atreve a valorar la herencia caucásica de Caterina, la madre de Leonardo, aunque deja entrever la herencia artística heredada y haciéndolo entusiasma a cualquier lector.

Es una novela atrayente pero no resiste dos lecturas porque a la segunda se asomaría el catedrático minucioso que la escribió siguiendo un molde estricto de investigación y la ficción novelada puede resultar congestionada.