Julio Ernesto Estrada Rincón (Medellín; 7 de julio de 1951), más conocido como Fruko, es un compositor, productor, intérprete y director de orquesta. Empezó a cantar y a tocar con los amigos del barrio a la edad de seis años. Por entonces comenzó, a ganarse la vida participando en concursos

En 1963 firmó su primer contrato para hacer de chico de los recados en Discos Fuentes, mítica compañía dedicada especialmente a la música latina y fundada por Antonio Fuentes en 1934.

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En 1965, y contando con 13 años, entró a formar parte de Los Corraleros de Majagual, con los que grabó durante siete años. En un principio utilizaba el sobrenombre de Joselito, pero luego le empezaron a llamar Fruko por su parecido con un personaje de un anuncio de conservas que decía: «La salsa de tomate Fruco (nombre original del producto)… el secreto del sabor».

En sus giras con Los Corraleros de Majagual se codeó con maestros de la talla y fama de Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, Eliseo Herrera, Abraham Núñez, Lisandro Meza y Julio Erazo.

En Nueva York conoció el auge de la salsa, su golpe musical quedó marcado cuando, en un viaje a la Gran Manzana, fue contagiado en el Bronx Latino por las descargas que tronaban de la mano de Richie Ray, Willie Colón, Ray Barretto, Eddie Palmieri y otros grandes del género y, de vuelta en Colombia, grabó el disco Tesura en 1970. De esta producción solamente se prensaron 400 discos. Se destacan los temas: Tesura, Botando Corriente, Improvisando y El Vidriero.

Ése fue el origen del nombre del grupo Fruko Y Sus Tesos; siendo «teso» sinónimo de «tieso», daba a entender que eran «los duros del barrio».

A lo largo de su carrera Fruko fue el mentor de algunas de las voces más queridas y recordadas de Colombia, entre ellas la legendaria voz de Álvaro José “Joe” Arroyo González y Wilson Manyoma “Saoko”, Juan Carlos Coronel, Piper Pimienta Diaz, Joseito Martínez, entre otros. Igualmente fue creador y director de grandes agrupaciones musicales, entre las que se cuentan Fruko y sus Tesos, The latín Brothers, Banda Bocana, Afrosound, Wganda Kenya y Sonora Dinamita, con dichas agrupaciones y artistas grabó más de 8.000, temas musicales.

Al principio, Fruko no tuvo éxito, pero no se desanimó y siguió grabando y editando discos hasta que logró que el público demandase más canciones. Sus éxitos, A Bailar Oriza, El Ausente, El Tronco Seco, A la memoria del muerto, El Caminante, Tania, Manyoma y El Preso, fueron hits en Colombia y Estados Unidos. A mediados de la década de 1970, la música de Fruko y sus Tesos, con las voces de Edulfamid «Piper Pimienta» Diaz, Joe Arroyo y Wilson Manyoma, quienes estuvieron respaldados por Jorge Gaviria como primera trompeta, Carlos «pajarilla» Escobar en la segunda trompeta, Gustavo García «El Pantera» en el primer trombón, Gilberto Hernández «Tripa seca» en el segundo trombón, Germán Carreño en la trompeta bajo, Mariano Sepúlveda en la guitarra eléctrica y tiple para emular el sonido del tres cubano, además hacía coros. Hernán Gutiérrez en el piano, Fernando Villegas en las congas, Jesús «Chucho» Villegas, su hermano, en el bongó, Rafael Benítez Tordesillas en el timbal. Fruko, era muy popular, no sólo en Colombia sino también en el resto de Latinoamérica. Alcanzaron cierto éxito musical en los Estados Unidos, e incluso tocaron en el Madison Square Garden y lograron el premio de la revista Récord World a la mejor orquesta de música tropical de América.

Fruko comienza a experimentar musicalmente y en sus producciones aparecen como marcas de ADN el Jala Jala de Richie y las descargas de Nelson y sus Estrellas (con Payaso y Forastero, temas que interpretó Fruko con Joe en la voz). Estrada saca su primer Long Play (larga duración) en 1970 y lo bautiza Tesura, pero no logra conectar con un público, sobre todo el de su tierra, Medellín, más acostumbrada a Lucho Bermúdez, La Billos Caracas y Los Melódicos. Es allí cuando Fruko se da cuenta que tiene que proyectar su música, descender de la montaña y buscar el Valle. Tuvimos un padrino muy especial en Cali que fue José Pardo Llada, él nos ayudó mucho con sus comentarios, recuerda el pionero de la salsa colombiana. Pero sólo fue a mediados de los setenta cuando Fruko llega a su consagración musical y crea lo que el escritor y gran conocedor de la salsa y música antillana, Medardo Arias, denomina la Fania Colombiana. Sí, Fruko encuentra, tal vez sin proponérselo, una fusión perfecta de lo mejor del Caribe y del Pacífico representado en las voces de Álvaro José Joe Arroyo, Edulfamit Molina Díaz Piper Pimienta y Wilson Saoko Manyoma. Pero es en Cali, en la capital de la rumba, donde explosiona el salsíbiri, ese ritmo que impone Fruko, y comienza a despuntar una historia musical que tendrá en El Preso, cantado por Manyoma, uno de sus íconos.

El Escondite, Honka Monka, Las Vallas, Sol de Medianoche y el Abuelo Pachanguero, famosos grilles de la época, conocen el talento de la orquesta colombiana, donde alterna con caballos como Héctor Lavoe. Jorge Hernán Tello, imberbe rumbero en los setenta, recuerda que la orquesta de Fruko tenía que competir muy duro en Cali, porque aquí llegaba música de muy buena factura. Nuestros oídos estaban acostumbrados a las descargas de Richie, a la voz de Héctor, a la magia de Ismael Rivera… Le tocó duro, pero en los grilles sonaba y se bailaba El Ausente, Tania, El Caminante. Wilson Saoko, una de sus voces principales, recuerda que Fruko era un hombre muy estricto, tanto que acepta que tuvo que salir de la orquesta por algunos problemas de indisciplina. Pero reconoce que su música lo dejó a los pies de los principales escenarios de América Latina y EE.UU. Con su banda y al ritmo de Oriza, Manyoma, Tania, El Preso y A la Memoria del Muerto, “Fruko la rompió”.

En 1993, Fruko reunió una gran orquesta para rendir homenaje a Pérez Prado y su obra. En los dos siguientes años hizo lo mismo para los ritmos cubanos.

Fruko fue un precursor de la salsa nacional y el primero que se atrevió a incursionar en el ritmo arrebatador que en la década del setenta sólo hacían los músicos puertorriqueños y neoyorquinos.