Más de 40 días después de huir de grupos armados, 2.800 indígenas y campesinos se han refugiado en el coliseo de Samaniego.

No pueden regresar a sus parcelas y viviendas, ya que han sido informados de que las zonas están minadas por grupos ilegales.

En el coliseo, la falta de agua, comida y medicamentos es una preocupación constante, y a pesar de las súplicas, los desplazados sienten que el Estado les ha respondido con silencio.

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El exgobernador del resguardo indígena del Sande en Sandoná, Juvencio Rosero, informó que los armados han ordenado el desalojo y amenazan con atacar si los campesinos y nativos regresan a sus tierras. Advierte que los territorios estarían minados, y Nariño está atravesando un conflicto que se torna cada vez más violento.