Egan Bernal, emocionado y motivado, inicia el Tour Colombia en Paipa sin establecer metas específicas, buscando disfrutar de la carrera. Destaca la importancia de recuperar la competencia en Colombia después de cuatro años, considerándola clave para la visibilidad del ciclismo colombiano a nivel internacional.
Subraya la relevancia de que numerosos ciclistas colombianos puedan destacarse en el escenario mundial durante la carrera. Aunque no ve la competición como exclusivamente «entre colombianos», reconoce que tendrán un impulso adicional. En cuanto a sus objetivos, Bernal prioriza disfrutar del evento y evaluar su rendimiento en este momento de la temporada, sin fijarse posiciones específicas.
Anticipa la dureza de la etapa reina con el ascenso al Alto del Vino y sugiere que podría definir la competencia. Describe el puerto como desafiante, con 30 km de subida después de repechos intensos y condiciones climáticas cambiantes. La cuarta etapa, que llega a Zipaquirá, su ciudad natal, es una perspectiva emocionante para él, a pesar de ser una etapa llana que no favorece su estilo.