En un giro decepcionante, ocho senadores colombianos han presentado una ponencia negativa contra la reforma de salud propuesta por el Gobierno, frustrando las esperanzas del pueblo. Este acto, motivado por intereses políticos y económicos, muestra una falta de compromiso con el bienestar ciudadano. Ignoran el sufrimiento de aquellos atrapados en un sistema de salud deficiente, priorizando las ganancias de las EPS sobre las necesidades de la población.

La decisión de estos senadores, que perpetúan un sistema corrupto y obsoleto, desanima a millones de colombianos que anhelan una atención médica digna. Tanto el Gobierno como el pueblo deben perseverar en la lucha por un sistema de salud público eficaz y centrado en las personas, no en los intereses particulares. Estos senadores traidores serán juzgados por la historia, mientras la batalla por una salud digna para todos continúa.

Los congresistas que han respaldado la iniciativa para hundir la reforma son Honorio Henríquez (Centro Democrático), Alirio Barrera (Centro Democrático), José Alfredo Marín (Partido Conservador), Nadia Blel (Partido Conservador), Lorena Ríos (Colombia Justa Libres), Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), Berenice Bedoya (Alianza Social Independiente) y Norma Hurtado (Partido Unión por la Gente), quien se sumó a último momento.

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