Por: Mariela Díaz Romero
Descubrir a autoras del Medio Oriente ha sido una de las actividades más estimulantes que han marcado mi año lector. En septiembre justamente hago un repaso de esos nombres que antes me eran desconocidos.
Nombres como Parinoush Sanié, de Irán; Elif Shafak, de Turquía; o Yasmina Khadra, de Argelia, son nombres que abren ventanas a otros paisajes literarios, que con sus sonidos y signos particulares dan sentido a nuestras diferencias y coincidencias vitales.
El caso de Yasmina Khadra me llamó poderosamente la atención ya que es el seudónimo de un escritor argelino, que publica en francés. Su nombre es Mohammed Moulessehoul y su seudónimo, Yasmina Khadra, significa “jazmín verde” y son los nombres de soltera de su esposa.
Ha escrito más de una veintena de novelas, que han sido traducidas a decenas de idiomas. Incluso algunas de sus novelas han sido llevadas al cine como en el caso de “Lo que el día le debe a la noche” (Editorial Destino, 2009). Asimismo ha recibido importantes premios.
Lo que muchos conocedores de su obra destacan es que así como algunas mujeres han tenido que sortear obstáculos para poder publicar sus libros, Moulessehoul recurrió a un seudónimo femenino para hacer de igual forma, pero por razones diferentes.
Durante mucho tiempo se desempeñó como militar en su Argelia natal y esto le impedía ser un escritor libre para contar las contradicciones de una sociedad compleja como la de Argelia. Un ejemplo muy claro es la llamada “Trilogía de Argel” que reúne las novelas “Morituri”, “Doble blanco” y “El otoño de las quimeras”.
En este caso, el género negro le ha permitido a Yasmina Khadra adentrarse en tramas en las que prevalece las conexiones de poder y un sector ultrareligioso, que es capaz de ir a los límites por imponer su primacía ideológica, todo ello llevado de la mano del comisario Llob, un personaje que con humor negro y un gran instinto es el único capaz de sobrevivir en laberínticos zocos llenos de miedo y odio.
Sus obras ponen el foco de alguna manera en el descalabro de una sociedad que es víctima del terrorismo y de la corrupción. Dijo en una entrevista para Atalayar.com que como escritor tiene la preocupación de “popularizar el factor humano”, ya que considera vivimos en una “época atormentada que distorsiona nuestro juicio” y existen muchos factores desafortunados que “nos alejan de nuestra parte de humanidad”.
Al ser conocida la verdadera identidad de Yasmina Khadra hubo un gran revuelo tanto en Francia como en Argelia, sin embargo considera este escritor que el seudónimo “no tiene nada que ver con la literatura”. Más bien a su juicio, el talento de un escritor “empieza cuando se abre la portada de un libro”.
Su novela más reciente se titula “Los virtuosos” (Alianza, 2021). Otros de sus trabajos más destacados han sido “Las sirenas de Bagdad” (2006), “Lo que el día debe a la noche” (2008) y “Khalil” (2018).