Por: Mariela Díaz Romero
¿Sabías que cada año ciertos libros quedan liberados de derechos de autor y pasan a ser de dominio público?
Aunque parezca mentira es una realidad. No es más que el acceso al patrimonio intelectual, avalado por el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, que se firmó el 9 de septiembre de 1886 y fue revisado el 28 de septiembre de 1979. De acuerdo con este convenio después del fallecimiento de un autor o luego de haber transcurrido un largo tiempo desde la edición de una obra, esta pasa a ser liberada para el público según ciertas ordenanzas legales.
Por ejemplo, en Estados Unidos se aplica a obras cuya fecha de publicación ya ha alcanzado los 95 años de edición. En España se aplica a títulos cuyo autor lleva ocho décadas de haber fallecido. De acuerdo con información de la revista digital WMagazín, algunas de las obras que entraron a dominio público el año pasado fueron las de autores como el japonés Yasunara Kawabata, Ernest Hemingway, Agatha Christie, William Faulkner y André Gide, entre otros.
De Kawabata se ha liberado “La bailarina de Izu”.
De Hemingway, “Fiesta”.
De Christie, “El asesinato de Roger Ackroyd”.
De Faulkner, “La paga de los soldados”. Por mencionar algunos libros de autores relevantes.
Esto quiere decir que cualquier lector puede acceder a estos títulos, reproducirlos y difundirlos sin que ello implique una violación a las normas de protección de derechos de autor.
En el año 2021 pasaron a formar parte del dominio público, obras de autores tan interesantes como Cesare Pavese, George Orwell o Francis Scott Fitzgerald.
La Biblioteca Nacional de España (www.bne.es) ofrece en su portal web una lista de autores de dominio público, ya sea que fallecieron en 1942, y entonces sus obras se liberaron este año; o de autores cuya muerte se dio entre 1900 y 1942.
Se trata de información valiosa tanto para lectores como para investigadores, ya que aporta una importante cantidad de datos que de otra forma costaría mucho tiempo y dinero para acceder y estudiar.
Asimismo la BNE realizó una serie de ficheros correspondientes a estos autores para que sea mucho más fácil y sencillo conocer su biografía y su trayectoria. Sin duda, es además la posibilidad de reunir una biblioteca gratuita de alcance universal.
La salvedad que se debe conocer con el Convenio de Berna es que se aplica a las obras originales, de modo que las traducciones siguen teniendo derechos de traducción protegidos y entonces el año de su liberación correspondería al de la primera traducción.
En la Biblioteca Digital Hispánica se pueden conseguir algunas de estas obras, que ya conforman un patrimonio universal porque el tiempo así lo ha permitido.