Por: Mariela Díaz Romero

La Feria del Libro de Madrid cerró el pasado domingo 11 de junio sus puertas, luego de dos semanas de encuentros con escritores, lectores, libreros; casetas repletas de novedades literarias; charlas; actividades para todo tipo de público, en un entorno como el Parque del Buen Retiro, que en plena capital española conquista a visitantes consuetudinarios y turistas extranjeros con su verdor, sus flores de colores, sus jardines y caminerías, además de la tranquilidad que se respira en cada palmo arbolado.
Es en ese escenario natural en el que tiene lugar cada año la Feria del Libro de Madrid. Una de sus facetas más emocionantes son las firmas de los escritores. Como si se tratara de verdaderas rock star se les ve en las casetas de librerías y/o editoriales con la mejor de las sonrisas, dispuestos a pasar horas firmando sus libros. Hay para todos los gustos, desde los autores juveniles hasta los más desconocidos, que muchas veces ven pasar las horas sin que se acerquen muchos lectores.

Pero tuve el placer de encontrar en mi paseo dominguero, del día de la clausura de la feria, en la caseta de la Librería Alberti, a uno de los escritores más interesantes de la actualidad. Era el colombiano Juan Gabriel Vásquez, del cual ya había oído hablar, y había leído varias entrevistas. Enseguida vi la novela que tanto ansiaba leer, Volver la vista atrás, y sin pensarlo mucho hice mi respectiva cola, que la verdad fue muy rápida, y vi cómo Vásquez firmaba el libro que ahora tengo en mi casa, y que ya estoy disfrutando leer.

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Vásquez no solo firmó este ejemplar, que ganó en 2021 la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, sino también otros libros que reposaban en la mesa. La novedad en sí para la feria era otra, era la recopilación de artículos de opinión compilados en “Los desacuerdos de paz. Artículos y conversaciones (2012-2022)”.
“Volver la vista atrás” se presentó el año pasado en España y creo que la expectativa que generó en ese momento se sigue manteniendo, porque pude comprobar que no fui la única que se llevó esta novela basada en hechos reales, y que retrata de una manera amplia y universal la compleja relación filial del cineasta Sergio Cabrera Cárdenas con su padre Fausto Cabrera, cuya influencia fue decisiva tanto en el realizador como en su hermana Marianella Cabrera.

“Los desacuerdos de paz. Artículos y conversaciones (2012-2022)” se presenta como un título que reúne los textos políticos del ganador del Premio Alfaguara de Novela, y seguro debe ser muy interesante ya que presenta a Colombia “frente al espejo de la actualidad”.

Reúne, por tanto, conversaciones sostenidas con el expresidente Juan Manuel Santos; con el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano en La Habana, Humberto de La Calle; y con la escultora Doris Salcedo.

Sin embargo, fue la novela que cuenta una parte del periplo vital de Sergio Cabrera la que se llevó el interés. Y es que no es para menos si se trata de un título que recorre, a través de su narrativa, los acontecimientos políticos y sociales que marcaron a una generación.

Luego de la Guerra Civil española, Fausto Cabrera logra salir de España y después de muchas adversidades se estableció en Colombia. Forma una familia y su primer hijo, Sergio, nació en una época convulsa de la historia colombiana, por lo que los Cabrera se trasladan a China, donde Fausto abrazará el maoísmo de forma firme y entusiasta, lo que es transmitido a sus hijos. En 1966, Fausto regresó a Colombia con su mujer para unirse a la guerrilla del Ejército Popular de Liberación, lo que harán tres años más tarde Sergio y su hermana, una vez que regresen a Colombia.

Algunas de las opiniones de los lectores se centran en alabar este texto por su narrativa certera y diáfana, pero sobre todo por mostrar con lucidez el devenir de la historia, con todas sus contradicciones y perplejidades.

El crítico colombiano Jorge Iván Zapata refiere que esta historia va mucho más allá de lo biográfico; dada su riqueza e intensidad en acontecimientos se trata de una novela que implicó un arduo trabajo de investigación -le llevó a Vásquez cinco años elaborar su entramado-, que implicó entrevistas con los hermanos Cabrera, Sergio y Marianella, y otras personalidades, hasta lograr una obra que conjuga de forma magistral la realidad con la ficción.

De acuerdo con Zapata es un trabajo de filigrana que acerca al lector a “esa verdad”, que forma parte de la trágica historia colombiana (y yo diría de todo América Latina), de la cual la mirada de la literatura nos ayuda a digerir con paciencia y honradez.