Rostros femeninos de una diáspora
Una de las actividades que disfruto durante mi tiempo libre es poder observar series o telenovelas made in Colombia. Sin duda uno de esos consumos lo hago por Netflix, plataforma de streaming que me permite disponer de un amplio abanico de producciones audiovisuales de gran calidad.
Las series colombianas se han destacado en esta plataforma tanto por la calidad de su producción como por presentar historias interesantes muy bien contadas, que muestran a la teleaudiencia una visión de una Colombia genuina y creativa.
Ciertamente en las series colombianas que he podido observar, la realidad venezolana, de alguna u otra forma, está presente en la medida que ha tenido consecuencias en el país vecino. Una realidad que no podemos pasar por alto, dado que Colombia es el principal territorio a escala mundial receptor de la diáspora venezolana.
Pero volviendo al tema de las series, una de las más recientes que he podido disfrutar es el remake de la famosa telenovela Café con aroma de mujer, que se estrenó originalmente en 1994 con la participación de los actores Guy Ecker y Margarita Rosa de Francisco, quienes protagonizaron la trama basada en el romance contrariado entre una recolectora de café llamada popularmente Gaviota y uno de los hijos del dueño de la finca cafetera, Sebastián.
Por supuesto que la nueva versión, disponible en este 2022, ha introducido nuevos elementos para darle un toque de actualidad y hacerla mucho más contemporánea. Uno de ellos es la incorporación de un personaje llamado la “Maracucha”. Una joven venezolana que viene desde Maracaibo, capital del Zulia, estado fronterizo con Colombia. La joven madre llega a estos predios del eje cafetero colombiano, tal como ella misma cuenta, caminando, con los pies destrozados, sin conocer a nadie y habiendo dejado a su familia en su natal Venezuela.
El nombre ficticio de este personaje es Tibisay, pero casi no se le conoce así en la serie porque para todos ella es la Maracucha, gentilicio de los que han nacido en Maracaibo. Una de las sorpresas más gratas es descubrir las muchas cualidades que se le han asignado a este personaje. Ella no solo se convierte en una de las mejores amigas de Gaviota, sino además en poco tiempo forma parte de los trabajadores a pesar de no conocer de siembras ni de tierras.
Todo eso lo logra porque es trabajadora y también porque con buen humor y positivismo demuestra que es una “guerrera”, así como aprende a recolectar café se pone manos a la obra a preparar arepas o la famosa “agua de panela”. Es así como la Maracucha es además una amiga que intenta dar apoyo y consuelo a Gaviota en los momentos de mayor tribulación.
Este personaje, interpretado por la actriz venezolana Dailyn Valdivieso, quien también llegó a Bogotá en busca de nuevas oportunidades, encarna uno de los rostros femeninos de la diáspora. Ella es un homenaje a tantas mujeres migrantes que les ha tocado la misma experiencia de Tibisay: recorrer caminos desconocidos y sobrevivir con la fuerza de sus manos.
Es también una forma de subrayar lo que Tomás Páez, el sociólogo que ha estudiado con profundidad el fenómeno de la diáspora venezolana, afirma y es que toda diáspora es positiva y puede ser un factor de crecimiento para cualquier país, donde lo importante es su integración como parte del crecimiento de esa sociedad que acoge y resguarda.
La Autora: Mariela Díaz Romero
Periodista venezolana, actualmente radicada en España. Egresada de la Universidad Central de Venezuela y del Máster en Comunicación y Medios de la Universidad de Florencia, Italia. Su formación ha recorrido el periodismo digital, la corrección de estilo y la docencia. Actualmente se dedica a difundir la literatura venezolana e hispanoamericana desde el perfil de Instagram @letra.consagrada.