Por: Mariela Díaz Romero
Tres escritores colombianos dejaron en la tumba de Victoria Amelina tres claveles rojos. Aquella noche, la del crash mortífero, brindaban con cerveza sin alcohol y pizza en un bar de la ciudad de Kramatork, Ucrania. Ignoraban que aquella sería para todos la última noche en la que estarían junto a la escritora ucraniana, y también la primera en la que empezarían a añorarla.
Habían acudido a ese lugar como parte de la misión que realizaban, que era la de presentar al público de ese país la iniciativa ¡Aguanta Ucrania!, la cual se adelanta desde América Latina como un apoyo al país en guerra con Rusia.
La presentación de esa iniciativa se realizaría en la Feria del Libro de Kiev, a la que también asistió Héctor Abad Faciolince. Victoria Amelina compartía la mesa con Abad y además con Sergio Jaramillo y Catalina Gómez.
En ese periplo, la escritora Victoria Amelina, de 37 años de edad, les acompañaba e intercambiaba con ellos experiencias alrededor de tan terrible situación.
Ella era una de las escritoras que había conseguido notoriedad dado su interés en la investigación de crímenes de guerra. En 2022 inició una documentación sobre la destrucción del conflicto bélico en la sociedad ucraniana e incluyó un trabajo cercano con los niños, que estaban siendo afectados por estar cerca de las zonas de guerra.
Victoria Amelina había nacido en Leópolis y a los 14 años de edad emigró junto con su familia a Canadá, pero luego había regresado a Ucrania.
Además de dos novelas, había escrito un libro para niños. También cultivó la poesía.
Pronto saldrá al mercado su libro de no ficción: War and Justice Diary: Looking at Women Looking at War (Diarios de injusticias de guerra: Mirar a las mujeres que miran la guerra). Uno de los crímenes de guerra que más le habían impactado era el caso del escritor Volodymyr Vakulenko.
Especializado en literatura infantil, Vakulenko fue secuestrado y asesinado por las tropas rusas luego de la invasión. Amelina había descubierto el diario de Vakulenko y sobre eso hablaba con el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince cuando estalló un misíl Iskander en el Ria Pizza, donde cenaban junto a Sergio Jaramillo, excomisionado de la Paz en Colombia, y la periodista Catalina Gómez, que había cubierto la guerra para France 24.
Victoria Amelina murió en el atentado a la pizzería, que nunca fue un objetivo de guerra ya que estaban allí muchísimas personas más que pasaban el rato, intentando llevar una vida normal a pesar de los destrozos de la guerra. Ella murió junto a otras 10 víctimas de este conflicto, que parece no tener fin.
Su vida es hoy testimonio de una existencia fugaz, pero muy potente e inspiradora, y quedará así en la memoria de todos para siempre.